JAVIER BERGANZA: Las películas de zombies no son un plato típico de la gastronomía cinéfila española. No en cuanto al consumo, en cuanto al menú. Es poco habitual ver producciones de este género dentro del sector audiovisual español. Malnazidos es la propuesta de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro. Una obra sobre zombies ambientada en plena Guerra Civil española.
La base del guion es simple (casi todo en el filme lo es), Jan (Mikel Esparbé) y De Cruz (Manuel Llunell), dos militares fascistas, se adentran en una misión suicida dónde se cruzarán con un grupo de la resistencia republicana. A partir de aquí nacerá de entre los muertos el enemigo común por el cuál tendrán que aliarse para combatirlo. Como decía, a lo largo de todo el metraje los impulsos y motivos dramáticos son más bien simples. Una especie de huida hacia delante literal y metafórica.
Los clichés del género abundan y tampoco pretendo catalogar esto como negativo. Quién busque una peli de zombies con acción, sangre, mordiscos y muertos vivientes la va a encontrar. La sangre rebosa y los efectos especiales se defienden debidamente. Nada espectacular, pero todo funcional para los amantes de este tipo de filmes. Es cierto que el arco de los personajes es más bien nulo, quizá queda alguna excepción (sobre todo la de De Cruz) aunque queda más marcada en la retina las flojas interpretaciones.
Luis Calleja logra aportar algo de verdad cuando se pone dubitativo y las circunstancias le superan, el resto queda algo más lejano e, incluso, por momento se acerca más a una obra de teatro que a una película. Mikel Esparbé no termina de dar lo que se espera de él, del mismo modo Álvaro Cervantes que, en un papel más secundario, se queda algo corto con respecto a las expectativas.
En definitiva, una película que pueden disfrutar los amantes del género de zombies, una obra que está bien enfocada en cuanto a su venta comercial y que puede generar alguna sonrisa boba en algún gag suelto pero que, como elemento cinematográfico, tiene poco interés y, quizá equivocándome, pasará sin dejar mucha huella.
Javier Berganza.