Cartelera Turia

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(2) SOUND OF FREEDOM, de Alejandro Monteverde. LOS NIÑOS DE DIOS.

PEDRO URIS: Una accidentada producción norteamericana que tardó algunos años en concluirse y llegar a las salas (aunque, sorprendentemente, desbancó en su primera semana a gigantes como Indiana o Misión imposible), ya que trata —con convicción militante— un tema tan doloroso como incómodo: el tráfico de niños como esclavos sexuales, un negocio inconcebible que, sin embargo, mueve muchos millones en el mundo. Según las referencias, la película ha sido utilizada entre los sectores ultraconservadores de los Estados Unidos —más o menos, la mitad de su población, a juzgar por su deriva electoral— para alimentar esa delirante y delictiva teoría de que, tras esa red pedófila de alcance universal, se encuentran las fuerzas progresistas de la sociedad. Algo de lo que, evidentemente, la película no tiene ninguna culpa, por más que la mirada cristiana de la que hace gala en muchos momentos pueda resultar agradecida para esa ultraderecha. Tampoco creo que esta sea la cuestión, simplemente es una elección del cineasta acerca del modo de narrar esa terrible historia: con los ecos de un ángel que pretende salvar a todos esos niños de Dios que padecen esclavitud y todo tipo de abusos.

El problema que le veo al film —aunque esa mencionada inspiración religiosa que tiñe buena parte del relato acabe derivando, o empañando, las reflexiones iniciales— tiene un origen mucho más terrenal, su pura construcción como relato de ficción —aunque se inspire en un personaje y unos sucesos reales—. Así, tras un primer tercio en el que describe con eficacia los mecanismos de este miserable tráfico y en el que, incluso, motiva adecuadamente la (muy) arriesgada decisión del protagonista, la película comienza a perder, progresivamente, aliento dramático y verosimilitud. Tanto en el episodio central de los cincuenta niños de la isla como, sobre todo, en el final, con el rescate en la selva colombiana controlada por la guerrilla. Aliento dramático porque las situaciones y recursos narrativos utilizados son bastante trillados, demasiado conocidos y utilizados en muchos thrillers de usar y tirar; y verosimilitud porque cada vez nos creemos menos los personajes y la resolución de los peligros a que se enfrentan.

Esto termina bajando, significativa y progresivamente, el listón de la película, que apenas recupera la frescura de sus primeros momentos en ese insólito alegato en los créditos finales, que otorga al film una voluntad militante muy poco frecuente en las pantallas de todos los tiempos y lugares… aunque a alguno le pueda sonar a sermón desde el púlpito.

(2) SOUND OF FREEDOM, de Alejandro Monteverde. LOS NIÑOS DE DIOS.

(1) ME HE HECHO VIRAL, de Jorge

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