TURIA: En 1995 el sociólogo y filósofo estadounidense, Christopher Lasch dejó escrita su obra póstuma La rebelión de las élites y la traición a la democracia. En esta obra esbozaba la idea de que la actual democracia no está amenazada por las masas, sino por los que están en la cúspide de la jerarquía social. Estos actores económicos y políticos darían por concluido de modo unilateral el contrato social que los une como ciudadanos. Al aislarse en sus redes y en sus enclaves de bienestar, esas élites abandonan al resto de las clases sociales a su albur, fragmentan los Estados y traicionan la idea de una democracia concebida para todos los ciudadanos. Muchos de estos movimientos hace tiempo que plantaron su semilla, pero ahora comienzan a renacer en forma de protesta social en los barrios más acomodados de la milla de oro de Madrid. Espoleados por VOX y por los elementos más ultras de la Comunidad de Madrid, estos discípulos de Esperanza Aguirre y José María Aznar están dispuestos a poner en marcha su agenda de ruptura social. No es un caso aislado el de la capital de España. Protestas similares también se están produciendo en otras ciudades españolas, entre ellas Valencia, y en países europeos como Alemania, Bélgica o Gran Bretaña, donde la extrema derecha intenta agitar las aguas en este panorama de incertidumbre y temor. El shock económico y social de la pandemia les ha puesto una alfombra roja. Frente a ellos, debería haber una ciudadanía organizada dispuesta a oponerse de forma pacífica a esta deriva autoritaria. El llamado shock inverso. Este debe ser el compromiso histórico de todas fuerzas progresistas y de izquierdas.