PAU VERGARA: Hemos oído hablar de la inteligencia, en general, la inteligencia emocional, pero Marisol Salanova (Valencia, 1982) ha querido reivindicar en Inteligencia Artística, el proceso para rebuscar, encontrar y desarrollar el potencial artístico del arte y de la creación. El arte puede ser revolucionario, puede cambiar tu vida. Con la experiencia de años como comisaria, crítica de arte en ABC Cultural o Cadena SER, Salanova ha escrito un libro de fácil lectura para explorar ese potencial creativo que todos llevamos dentro.
¿Qué es la inteligencia artística?
La inteligencia artística es un tipo de inteligencia que tenemos todos los seres humanos, más o menos desarrollada, y que implica una mezcla entre creatividad, disfrute y representación estética de una idea original propia de nuestra imaginación. ¿Significa eso que cualquiera puede ser artista? No, tal y como explico en mi libro. Porque partimos de una base común pero con diferentes habilidades y un sinfín de combinaciones de experiencias vitales y aspiraciones que nos llevarán a desarrollar unas aptitudes concretas. Otra cosa es que necesitemos artistas en nuestra vida, que las obras de arte tengan un impacto terapéutico e inspirador que vale la pena descubrir.
En la introducción hablas de la importancia y la puesta en valor de la creación especialmente durante el confinamiento del COVID19.
La buena noticia es que en función de cómo ejercitamos ese tipo de inteligencia dentro de nuestro contexto personal contribuirá a mejorar nuestra salud mental y disfrutar más de la vida. Esto lo encuentro crucial tras haber sufrido la pandemia y comprobar que la cultura se convirtió en una excelente vía de escape. Conviene aclarar que al hablar de “disfrute” me refiero a una necesaria sensación de autorrealización que buscamos todos y que no tiene por qué tener que ver con desempeñar una profesión. La sociedad parece pedirnos a gritos ser productivos todo el tiempo y yo le bajo el volumen al tope, pues el ejercicio artístico, las actividades que fomentan la creatividad, motivan, calman e incluso llevan a crear comunidad. Tejiendo redes somos más fuertes y resilientes.
El arte puede ser revolucionario o revolucionar tu vida. Todos hemos conocido a gente de sectores no ligados al arte que un día se ponen a pintar o escribir y son muy buenos.
En efecto, el arte puede revolucionar la vida de cualquiera en el momento más inesperado. Cabe la posibilidad de que alguien cree arte una única vez en su vida y se considere para siempre artista, que produzca obras constantemente y se vendan bien pero no se conciba a sí mismo como artista o que experimente con lo artístico de forma esporádica con satisfacción, por disfrutar el proceso, sin plantearse una etiqueta profesional al respecto. Pero llevar lo artístico a la cotidianidad ya es positivo.
A mí me cuesta ponerme con temas matemáticos, y sin embargo, me fluye mucho más poder crear o escribir. Siempre nos hemos preguntado si el cerebro creativo nace o se hace. ¿Nací creativo o me hice creativo?
Sí, naciste creativo. Durante la investigación para escribir el libro me entrevisté con psicólogos, neurocientíficos, educadores, directores de museos y profesionales de la didáctica, aprendiendo y contrastando datos de forma exhaustiva. Puedo afirmar que cuando somos niños empleamos la creatividad para comunicarnos desde muy temprano y nuestro conocimiento es acumulativo. Básicamente en cuanto un cerebro joven llega a establecer conexiones nuevas entre ideas está siendo creativo. Existe la inteligencia matemática y tal vez esté más valorada pero creo que la inteligencia artística es probablemente la que, en un futuro, se distinga más de la tan temida inteligencia artificial. El tiempo lo dirá.
Como dices la creación ya estaba presente en el hombre de las cavernas. El profesor Román Gubern comentaba que los hombres primitivos trataban de simular el movimiento dibujando múltiples patas a los animales y lo comparaba con los 23 fotogramas por segundo del cine. ¿Cuándo comienza la necesidad de crear?
La necesidad de crear llega de la mano de la necesidad de comunicar. ¿Sabían los hombres de las cavernas que sus pinturas rupestres se considerarían arte 40.000 años después? El bisonte de Altamira, en Cantabria, pertenece al Paleolítico Superior, tiene aproximadamente 15.000 años. Estas pinturas que tanto hemos visto reproducidas en libros de Historia, y otras manifestaciones asociadas con la escultura, revelan que los primeros Homo sapiens, idearon y pusieron en marcha un sistema de representación artística. El arte era ya importante porque le preexistía el pensamiento artístico. Con piedras minerales, pigmentos de frutos silvestres y carbón, se creaba arte prehistórico. El impulso de comunicar a través de esas imágenes que han quedado para la posteridad.
Apuntas críticamente que no se ha explicado bien en el sistema educativo el valor de la creación. Mucha gente sigue pensando que es un hobby o una afición.
Cuesta que se tome en serio el trabajo de los artistas hasta dentro del sistema artístico. Mientras estudian no reciben formación reglada sobre cómo incorporarse al mercado laboral, dirigirse a una galería de arte o a un museo para exponer, las necesidades que van a tener, las vías de financiación, en definitiva lo que va de dinero y lo que no. Les es ajeno, han de aprenderlo sobre la marcha o a base de ensayo y error. Me parece injusto porque sin artistas no hay arte y por lo tanto el mercado del arte se queda sin obras. Un montón de intermediarios dependen de la producción de los artistas. No obstante suelen ser los peor pagados y tratados. Se les priva de información que yo transmito en mis artículos, redes sociales y ahora en este libro. Soy muy crítica con el sistema y mi propósito es contribuir con mis conocimientos y habilidades a mejorar el sector.
Una cosa es ser creativo y otra poder vivir de la creación, ¿no?
Claro, entonces conocer los mecanismos y las dinámicas del mundo del arte para vivir de la creación es necesario. Sin embargo no vemos mucha solidaridad ni siquiera entre los miembros de las asociaciones de artistas. Sale una convocatoria y procuran darle poca difusión para tener menos competencia, ese tipo de zancadillas que se dan en las profesiones creativas son sangrantes. Como cuando un artista acepta trabajar por menos de lo que merece o gratis para darse a conocer, está abriendo el paso a que quienes vengan detrás tampoco cobren. La autoexplotación es un gran problema. A mí me han llegado a dar la espalda artistas enfadados porque hacía público que sus derechos estaban siendo vulnerados y deducían que ponía en peligro su proyecto por muy en precario que estuvieran. Sufren algo así como el Síndrome de Estocolmo. No la mayoría, son algunos los que prefieren exponer gratis a no exponer. Para vivir de la creación la primera persona que ha de valorar su trabajo es uno mismo.
¿Podemos decir que la parte creativa del ser humano, el conocimiento y acercamiento a la creación es parte de lo que debería ser una completa formación humana y personal?
Yo opino que sí. Las Humanidades y la Filosofía no pasan por su mejor momento. Mi libro está empapado de ellas, empleando un lenguaje sencillo y cercano, en tono divulgativo. Lo leen desde adolescentes que cursan bachillerato artístico hasta personas mayores que tienen la espinita de haber querido poder estudiar Bellas Artes en su momento. A quienes saben de arte les aporta una nueva perspectiva y los lectores que curiosean sin ser del gremio hallan la mejor manera de aproximarse y entenderlo. Pienso que nunca es tiempo para dejar de formarse, yo jamás he dejado de estudiar y aprender.
Tu libro está generando mucho interés y supongo que te está dando un feedback positivo.
Está siendo increíble, he recibido cientos de mensajes de personas que lo han leído o lo están leyendo y me cuentan su experiencia. Muchas me dan las gracias, algunos testimonios encogen el corazón. Recordemos que el libro está dentro de una colección de Editorial Plataforma que es motivacional, lo que se entiende por “autoayuda”. De manera que se trata de un libro sobre inteligencia artística en el que hablo del mundo del arte pero también de cómo incorporar la creatividad a diario para sentirnos bien, desarrollar potencialidades, talentos que quizás ni sabíamos que teníamos, sabernos valiosos y tomar conciencia de que somos únicos e insustituibles. Una lectora me escribía que le regalaron mi libro justo en un momento en el que lo estaba pasando mal y que le ha ayudado muchísimo. Otra persona, que es bastante conocida en el ámbito artístico, me confesaba hace unos días que la lectura le está sacando de un bache. Lleva a la venta pocas semanas y ya apunta a convertirse en Best seller. Estaré eternamente agradecida a mi editor Jordi Nadal por esta oportunidad de crecimiento.