VERÓNICA PUIG: “Los Iglesias. Hermanos a la obra” es un programa que se vendió como una innovadora mezcla de bricolaje y entretenimiento familiar. Sin embargo, lo que se prometía como una fresca adición a la parrilla de programación de RTVE, ha resultado ser un fiasco televisivo de proporciones épicas.
Desde el primer episodio, quedó claro que el programa no tenía una dirección clara. Los hermanos Iglesias, cuya química en pantalla debería ser el motor del show, parecen más interesados en autopromocionarse que en ofrecer contenido de calidad. La falta de coherencia en la narrativa y la pobre edición hacen que cada episodio se sienta desarticulado y sin propósito.
El episodio que causó más controversia fue el de Ana Obregón, en el que se dedicaron a construir una casita de muñecas para su nieta. Lo que debería haber sido un momento entrañable y conmovedor, se convirtió rápidamente en una pesadilla. Las críticas arremetieron contra la “perversión” de la situación, señalando que la ejecución fue de mal gusto y totalmente desconectada de cualquier sensibilidad moderna. En lugar de evocar nostalgia y ternura, el episodio provocó incomodidad y rechazo entre los espectadores.
La producción del programa no se queda atrás en la lista de fallos. La calidad de las grabaciones y la edición dejan mucho que desear. Las transiciones abruptas, el mal manejo del audio y una falta general de profesionalismo hacen que sea difícil seguir viendo después de los primeros minutos. Es casi como si los productores no tuvieran claro qué tipo de show querían crear.
Los segmentos de bricolaje, que deberían ser el alma del programa, están lejos de ser inspiradores o educativos. La mayoría de los proyectos presentados son poco prácticos y carecen de la originalidad que se esperaría de un programa con esta premisa. Además, los hermanos Iglesias no logran transmitir la pasión por el bricolaje de una manera convincente, haciendo que estos segmentos se sientan forzados y aburridos.
La decisión de RTVE de relegar “Los Iglesias. Hermanos a la obra” al horario de late night y adelantar la serie “HIT” al prime time es, sin duda, acertada. Es un intento desesperado por salvar la franja horaria más valiosa de la televisión y recuperar a los espectadores que han huido en masa. “HIT” al menos ofrece una narrativa sólida y actuaciones convincentes, cosas que “Los Iglesias” nunca pudo proporcionar.
“Los Iglesias. Hermanos a la obra” es un ejemplo perfecto de cómo no hacer televisión. Con un concepto mal ejecutado, una producción deficiente y episodios que bordean lo absurdo, este programa pasará a la historia como uno de los grandes fracasos de RTVE. Esperemos que esta experiencia sirva de lección y que futuras producciones se enfoquen más en la calidad y en conectar verdaderamente con su audiencia.