LAURA PÉREZ GÓMEZ: Apenas un año después de su estreno en España de la Isla de Bergman -pre estrenada en Valencia con la presencia de la directora en Cinema Jove- la directora francesa Mia Hansen-Love estrena su octavo largometraje Un beau Matin/Una bonita mañana, que ya presentó al público del Festival de San Sebastián el pasado mes de septiembre. Su título no deja de ser preciso sin caer en la obviedad de un relato que ofrece luces y sombras de un periodo vital cuanto menos lleno de altibajos para la protagonista. Sandra, interpretada por una magnética y altamente sensible Léa Seydoux, se enfrenta a las contradicciones de su generación, a esos momentos en los que lo último que puede permitirse es pensar en ella misma. Con un padre enfermo y en su último ciclo vital, una hija a la que atender y un amante que está lejos de querer comprometerse con ella, Sandra pasea cabizbaja por las luminosas calles de París -el París de Mía Hansen-Løve suele ser más soleado de lo que realmente es-, intentando mantener el tipo porque tiene (o debe) estar para los demás.

Acostumbrada a contarnos experiencias de su propia vida, Hansen-Løve lo vuelve a hacer, y ahora somos testigos del momento en el que empiezas a cuidar a tus padres mientras todavía cuidas de tus hijos. Sandra es madre, hija, amante, hermana y cuando puede, intenta ser ella misma. Ella y sus contradicciones, su turbulenta relación sentimental propia de estos tiempos modernos, el inminente duelo por la pérdida de su padre tal y como lo conoce o su periplo en busca de un lugar digno para que acabe sus días. De nuevo vemos en su cine la vida misma tal y como es, rutinaria, simple y a ratos compleja, solitaria pero a la vez familiar… Como ya hizo con El porvenir o El padre de mis hijos, Hansen-Løve habla de familia, de las relaciones entre padres/madres e hijas, de los sentimientos más básicos como el miedo o el amor en todas su facetas, y lo hace con delicadeza y la dulzura que le caracterizan, con mucho color pero sin aditivos, en una historia muy afrancesada, que nos recuerda que la vida puede ser dura pero no tenemos más remedio que vivirla.