JAVIER BERGANZA: Con el calor valenciano las sedes del festival comienzan a llenarse. La plaza del ayuntamiento huele a cine (y a mierda). Lo del olor a cine todos y todas sabrán por qué es. Los primeros largometrajes de la sección oficial y los tres primeros programas de cortometrajes ya han visto la luz. Las calles de alrededor del edificio Rialto hablan de proyectos, de guiones, de presupuestos. Las cafeterías se llenan y las salas esperan impacientes a que sus butacas sean gastadas por el público. Mucho talento en la sección oficial de la que hoy seguiremos disfrutando. Pero no solo se pudo ver películas.
Hubo un encuentro con Sean Baker, y pudimos disfrutar de Red Rocket. A si mismo, también se proyectó Lady Bird y A sangre fría. Todas dentro de secciones fuera de concurso. Porque dentro de las secciones oficiales, como decía, olía a mierda. Todo a causa de los hermanos Polo. Los valencianos proyectan su cortometraje “Una terapia de mierda” (corto que podrá volver a disfrutarse este miércoles 28). En la puerta de la Filmoteca encontrarán un monumento en homenaje a las heces con el que hacerse una foto, si lo desean, y enviársela a sus amigos o enemigos. ¿Qué hay más terapéutico que enviar a alguien a la mierda?