ANNA ENGUIX: El cine se fundamenta normalmente en la exploración y manipulación de la memoria, aspecto que retrata con crudeza en su debut como directora, Charlotte Wells. Desde la presentación de Aftersun en la Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes, donde obtuvo el premio del jurado, el primer largometraje de Charlotte Wells ha disfrutado de una trayectoria excepcional. En Québec, la película ganó los máximos honores en el Festival du Nouveau Cinema. Galardonada a mejor película por los British Independent Film Awards, la película “Aftersun” estrenada hace unos pocos días en las salas españolas de la mano de Elastica Films, consigue materializar el retrato silenciosamente devastador de unas vacaciones de verano compartidas por una niña y su padre (interpretado maravillosamente por la estrella en ascenso Paul Mescal y la recién llegada Frankie Corio). A pesar de que uno podría sentirse tentado a comparar Aftersun con “Somewhere” de Sofia Coppola o la película más reciente de Paul Wells “C’mon C’mon”, el drama de Charlotte Wells presenta una autenticidad y un realismo que diferencia al film al resto de producciones. Un trabajo inigualable de un cineasta que ha llegado para quedarse.
El primer largometraje de Charlotte Wells, “Aftersun” se convierte en una película absolutamente personal sobre la mayoría de edad que sigue a un padre y una hija de vacaciones en Turquía. Sophie (Frankie Corio), una niña de once años, y su padre, Calum (Paul Mescal), están demasiado absortos en las delicias y frustraciones del presente para poder expresar algunos sentimientos como la tristeza o ansiedad, sin embargo, esto no parece desviarlos de su conocimiento del paso del tiempo. Para los que no sabíais de su existencia, Paul Mescal es un actor un actor irlandés mejor conocido por su papel de Connell Waldron en la serie de televisión “Normal People”, que se emitió en BBC Three en el Reino Unido y Hulu en los Estados Unidos. Fue nominado a varios premios, incluido un premio Primetime Emmy al actor principal destacado en una serie o película limitada. Antes de su papel en “Normal People”, Mescal apareció en varias producciones teatrales en Irlanda, incluidas “The Great Gatsby” y “The Plough and the Stars”. También ha aparecido en varios cortometrajes y series de televisión en Irlanda, incluidos “Lovesick” y “Short Form”. Y es que si algo caracteriza al protagonista de “Aftersun” es su versatilidad como actor y su habilidad para retratar una variedad de emociones y caracterizaciones (además de ser cinematográficamente irresistible). De hecho, tal y cómo relató Charlotte Wells en Little White Lies: “Paul Mescal presenta una increíble calidez inherente y una sensación de estabilidad”. Ahora bien, Calum no tiene mucho dinero, pero tiene suficiente para este pequeño resort, que tiene piscina y toboganes de agua y algunas excursiones. No es, se podría decir, especialmente aspiracional. Es cómo se ve la vida, o cómo la directora quiere relatar que se veía por aquel entonces, cuando no todo el mundo pretendía ser el centro del universo. Pero sobre todo, además de la maravillosa contextualización del momento, si algo caracteriza a esta directora, ha sido su capacidad por apostar por Frankie Corio, que es, actúa y se viste como una niña y no como esos miniadultos que algunos directores encasquetan en papeles preadolescentes. De hecho, antes de conseguir el papel, Corio no tenía ninguna experiencia actoral. Fue su madre quien la invitó a participar, después de ver una convocatoria de casting para la película en su página de Facebook donde se le pidió un video susurrando y escalando un árbol. Con unas dos semanas para construir esta relación “padre hija”, la dirección de actores y la complicidad de ambos es digna de admiración. Ambos personajes retratan un vínculo conmovedoramente profundo, y a través de toda una serie de demostraciones silenciosas de amor poderosas a la vez que discretas, se refleja ese amor incondicional entre dos familiares al compás de esa barrera en su relación que nos transmite la sensación de que no pueden existir completamente en la vida del otro.
Aftersun es una de las mejores películas del año; compuesta casi en su totalidad del viaje en cuestión -que pronto comprendemos que tuvo lugar hace dos décadas-, la película, compuesta en ocasiones a partir de de imágenes de video digital de baja resolución consigue junto a su banda sonora trasladarnos a esos últimos años de la década de los años 90 de la mano de The Lightning Seeds, R.E.M, Blur, Bran Van 300, Catatonia y Aqua; de hecho, la película es realista en su descripción de la infancia de la década de los 90, pero nunca cae en la trampa de la retromanía o la nostalgia.
Aftersun, no es una recreación de un recuerdo, aunque el acto de recordar es obviamente el eje conector. De hecho, la contraposición entre ser atendido como un niño con la perspectiva que conlleva ser un adulto, se traduce en querer avanzar en el tiempo y encontrar a un ser querido en un espacio imposible donde, por una vez, ambos están en el mismo nivel y finalmente puedes entenderlos por quiénes son, o quiénes eran. Con una potente escena final al compás de “Under Pressure” de David Bowie, Aftersun se ha convertido en una película que dará mucho que hablar.