Cartelera Turia

ALÉGRAME EL DIA: LA TEORÍA DEL BOSQUE OSCURO

ARTURO BLAY: Me declaro fan absoluto de la Trilogía de los Tres Cuerpos. Como amante de la ciencia ficción, hacía mucho tiempo que un planteamiento como el que propone el escritor chino Liu Cixin no me impactaba tanto. Y es que su proyección de lo que para la humanidad significaría un primer contacto con una inteligencia extraterrestre es sobrecogedora: las consecuencias sociales, culturales, religiosas, geopolíticas y científicas son tan brutales que nos preguntamos si la mente del prestigioso escritor ha sido presa de un maravilloso delirio, o si tiene más razón que un santo. Netflix se ocupará de ello en breve.

En el primer libro de la trilogía, El problema de los tres cuerpos, un imprudente mensaje es lanzado al espacio desde la Tierra. Años después, una civilización situada a varios años luz lo intercepta y se propone atacarnos. Sus naves llegarán en cuatrocientos años, tiempo del que dispone la humanidad para preparar su defensa ante una flota tecnológicamente muy superior.

Veamos, la idea que propone Liu Cixin acojona un poquito: la llamada “teoría del bosque oscuro” predice que cuando una civilización descubre en el Universo la presencia de otra, rápidamente procederá a aniquilarla. ¿Por qué? En primer lugar, porque si descubrimos otra civilización, y resulta ser  hostil, podría atacarnos cuando nos descubran a nosotros. Y antes de que lo haga, conviene acabar con ella. Pero, ¿y si fuese una civilización amistosa? De acuerdo, pero ellos no saben si nosotros somos hostiles o amistosos, y ante la duda, y para protegerse, también intentarán aniquilarnos. De modo que, a poco que tengamos conocimiento de otra civilización extraterrestre, por una cuestión de supervivencia, lo más seguro será destruirla antes de que lo hagan con nosotros. Y ese principio, según la teoría de Cixin, vale para todo el Universo. Puede que haya millones de civilizaciones, pero silenciosas y evitando ser detectadas. Un bosque oscuro repleto de cazadores al acecho.

Bien, pues de ser cierta esta teoría, más vale que la nave Pioneer 10 lanzada al espacio en 1972 se hay estampado con algún asteroide y nadie encuentre la chatarra, pues contiene un mensaje dando datos de la humanidad y nuestra ubicación.  Si el célebre autor chino acierta en sus teorías, saber dónde estamos implicaría aniquilarnos en un plis plas.

Pues ahora resulta que la Universidad de Valencia convoca un concurso entre los escolares de todo el país para confeccionar un mensaje y enviarlo al espacio. “Telegrama a un planeta”, se llama la propuesta. ¿Estamos locos? No sabemos quién habita allá fuera ni sus intenciones. Imaginemos que nos encontramos con civilizaciones pancatalanistas. ¿Procederá el conseller de cultura a intentar aniquilarlos con un poderoso rayo cósmico? Si no lo hace, ellos podrían utilizar su asombrosa tecnología para volver a poner el acento de València en su sitio. Hay mucha maldad en el espacio, Liu Cixin se quedó corto.

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