CASTO ESCÓPICO: Algunas noches, empapado en sudores fríos, me despierta el eco lejano de una voz cavernosa procedente de un pasado agónico: “Falleres i fallers, vos anime a que deseim… dejeim pasar el fred del verano, el fred de l’hivern i bosquem el caloret, el caloret faller, el caloret, sin duda, el caloret de foc i la flama, el caloret faller, tenim que buscar la llegá de… l’arribada de la festa fallera”. No consigo recordar ahora quién fue la personalidad de la vida pública valenciana de l’Ancien Régime que pronunció tan memorable discurso, pero estoy convencido de que no debió superar el examen oral del Grau Elemental de la Junta Qualificadora de Coneixements del Valencià. Ah, sí, ya lo recuerdo…era ella…“¡Rita, contigo empezó todo!”, como bien diría Gerard Piqué de encontrarse enjaranado en un after hours de botellón fallero. ¿Os acordáis? Ha pasado poco más de un año cuando “La Doña” nos sorprendió con aquella atolondrada exaltación calórica que alcanzó medio millón de visitas en youtube en su primera noche y corrió como la pólvora durante varias semanas por todo el Planeta. Sucedió en las Torres de Serrano, durante la tradicional Crida de las Fallas de 2015, pero ya nadie parece acordarse ahora del caloret faller, porque “Los tiempos están cambiando” (Bob Dylan), pero muy “Poquito a poco” (Estopa). Esperemos que también las Fallas. El primer revolcón a la más vetusta y desvencijada carroza fallera se produjo hace ya unos diez meses en el Ayuntamiento de Valencia, cuando el entonces
concejal de Fiestas y Cultura Popular (qué ambigüedad) y ahora investigado Félix Crespo (paradójico apellido para un señor tan calvo) fue sustituido por Pere Fuset, un treintañero muy animoso que luce una decimonónica barba “hipster”, muy al estilo casualmente del propio Piqué. Como los entresijos de la política fallera me aburren mortalmente, cuando no acaban por irritarme el esófago, no he seguido la mascletà de polémicas bizantinas o más bien josefinas que supuestamente está levantando el actual concejal de Cultura Festiva, con sus propósitos renovadores, entre los sectores más viejunos, rancios y avinagrados de la Junta Central Fallera y de su siempre ardiente y chisporroteante
Universo paralelo. Los detractores de Fuset dicen que está intentando ideologizar las Fallas. Lo cual me parece un elogio extremo, procediendo de un mundo como el fallero, tan proclive a cultivar la versificación más grosera y a no respetar la normativa ortográfica valenciana e incluso la castellana. Yo tan sólo le pediría a Fuset que durante la semana fallera suprimiera siete u ocho actos francamente desquiciantes, que entorpecen, colapsan o paralizan completamente el tráfico rodado de la ciudad y el libre transitar del viandante. Pero como no se puede pedir tanto, me conformaría con que suprimiera la tradicional ofrenda floral a la Virgen de Los Desamparados. Es que dura mucho y es un auténtico tostón. Nunca he entendido muy bien por qué las falleras y los falleros (en ese orden) le hacen tanto caso a la Geperudeta, cuando el clímax de la fiesta se alcanza el día 19 de marzo, que es la onomástica de su marido, San José Obrero. O mejor, Artesano, para que no se me acuse de estar ideologizando también al Santo Patrón con veladas referencias sindicalistas. Porque los falleros nunca se acuerdan realmente del anciano José, con lo que tuvo que padecer en su momento con el lío aquel de verse convertido en “padre putativo”. Lo que debería hacer Fuset es acabar con una situación familiar que no deja de ser muy valenciana, pero no por ello terriblemente injusta: en la celebración del santo
del tío Pep, todo el protagonismo lo acapara la seua dona Amparín. Pero avancemos un paso más en provocaciones y radicalismos: Si nos dirigimos hacia un país verdaderamente laico y aconfesional, ya es hora de decirle a la Virgen que se marche a su casa, es decir, al Cielo, junto a Jesús y al verdadero Padre de su Hijo, porque en la resbalosa plaza que lleva su nombre, ocupa demasiado espacio durante la semana fallera, con ese aparatoso monumento-expositor que van rellenando de flores las comisiones falleras durante dos tardes y dos noches. Si es imposible suprimir la Ofrenda y es necesario seguir gastando en claveles, propongo sustituir la estructura de madera con la figura de la Virgen por una moderna escultura floral de Jeff Koons; no el cachorrito “Puppy” que preside la entrada del Guggenheim de Bilbao, sino más bien un murciélago, ese quiróptero feúcho que forma parte de las señas de identidad de los valencianos y del logotipo
de Batman.
Fotos: García Poveda y Fran Barba (fotos falleros sexy)