ANDREA GABRIELLI: Nos vamos acercando al final de este largo y abrasador verano, por lo menos es lo que esperamos todos los que hemos sufrido este calor interminable y, al mismo tiempo, es lo que lamentan los que han tenido la suerte de irse de vacaciones para disfrutar de un ambiente más agradable (ya el hecho de estar de vacaciones fuera es un “booster” para nuestro ánimo de ratones de ciudad). Parece que se nota un aire más fresco, sobre todo al atardecer, y apetece buscar una terracita donde tomar unas tapas y un par de copas de buen vino sin agobiarse por la humedad o por estar sudando ya al poco de sentarse. Si estoy solo, me encanta llevarme un libro y leer unas páginas, sobre todo en estos días todavía tranquilos y con poco jaleo, y así puedo disfrutar de mi lectura sin demasiadas distracciones. Aunque sigo siendo un fetichista del libro tradicional, no desdeño en absoluto el e-book, por su infinita comodidad. Es una maravilla poder tener a mano algo tan pequeño y ligero con tantísimos libros que además puedo visualizar con un tamaño de letra que se adecúa perfectamente (aún sin gafas) a mi pobre vista de cerca.
El de vino y libros es un maridaje muy estimulante, que amplía exponencialmente el uso de los sentidos, ya que vista, olfato, gusto, tacto y oído se hacen incluso más sensibles si se exponen a la avalancha emocional que puede provocar un gran libro. De hecho, últimamente han empezado a proliferar locales (no solo aquí, sino en toda Europa) donde al placer del paladar se junta al del corazón, ofreciendo al cliente una amplia librería donde tomar prestado un trocito de evasión. Uno de los sitios que más me gustan en València es la Librería-cafetería Letras y Vino (C/del Músico Belando 15). Ubicado en la parte vieja del barrio de Benimaclet, como suele decir su dueña y alma mater, Alma Vidal: “es un espacio de recogimiento y deleite, de placer. Es la librería cafetería que te permite leer de otra manera explorando un mundo de sensaciones y emociones; la combinación perfecta entre la letra impresa y el líquido más fascinante, haciéndote disfrutar de una forma que hasta el momento pocos te han planteado. Aquí puedes encontrar una combinación que potencia tus sentidos: el tacto del libro impreso, su olor característico y buena música de ambiente, todo ello acompañado de los vinos que maridan mejor con el género que escojas“.
En este barrio hay muchos estudiantes universitarios que han encontrado alquileres más accesibles que por la zona de Blasco Ibáñez, y esto se nota observando a la clientela del local. Letras y Vino abrió sus puertas en 2019, justo pocos meses antes que explotara la bomba del covid, pero, aun así, el virus no ha podido detener los planes de Alma, que incluso ha mejorado su oferta eno-gastronómica durante este tiempo. En primer lugar, están los vinos de la tierra, de nuestra región, dando valor a varias producciones pequeñas y muy representativas de las diferentes comarcas, en cuanto a tipología de vino y variedad autóctona, pero también encontramos vinos de otras zonas, siempre seleccionados con este criterio de respeto hacia el territorio de su origen. En vajillas personalizadas (con temas literarios) presenta sus tablas de quesos y embutidos, todos artesanales y de excelente calidad, que compra en el mercado de Ruzafa. Alma no se limita a esto y su oferta cultural es muy amplia: propone todas las semanas música en directo (hay un piano a disposición de cualquiera que quiera compartir su arte), exposiciones de obras gráficas e incluso lecturas de poesías (uno de sus huéspedes ha sido Alejandro Palomas, premio Nadal 2018).
Una inspiradora mezcla de diferentes artes para que los clientes puedan disfrutar de este mágico conjunto. Beber bien (siempre con moderación) picando unos quesos y unas tapas buenísimas y, además, leyendo un buen libro, no tiene precio. Es la mejor manera para evadirse de la “cultura desechable” de la mayoría de los medios de comunicación de hoy y entrar en un mundo nuevo hecho de maridajes emocionales. Ahora en agosto se han cogido unos días de descanso, pero volverán con las pilas cargadas como nunca ya a partir de lunes 29. Para finalizar el relato de hoy, no olvidéis nunca lo que dijo el sabio Umberto Eco, “quien no lee, a los 70 años habrá vivido una sola vez: la propia. Quien lee habrá vivido 5000 años: estaba cuando Caín mató a Abel, cuando Renzo se casó con Lucía, cuando Leopardi admiraba el infinito… Por que la lectura es la inmortalidad hacia atrás“.