NEL DIAGO: Los integrantes de Titizna Teatro han pasado de la mina de La zanja a las cavernas del alma. Otra historia de profundidades pero esta vez de la mente, de la memoria, aunque sagazmente se juegue también con simas, grutas y cuevas, al hacer que el personaje que padece la amnesia sea un espeleólogo, lo que permite al grupo experimentar con imágenes, y sonidos de gran sugestión y belleza, de modo que el conjunto de la puesta en escena es casi tan importante o más que los diálogos o el propio trabajo actoral. Una obra formalmente fascinante que cautiva y emociona, más allá de su trama, por la rara perfección de sus elementos plásticos y sonoros (escenografía, música, espacio sonoro, dibujos, máscaras…) y la magnífica conjunción de todo ello.