El paso a la vida adulta es un trance común a todos los seres humanos, pero sus condicionantes varían en función de la esquina del mundo donde se experimenta. Cinema Jove lo plasma este año con un nutrido grupo de películas adscritas al ‘coming of age’ en su sección oficial de largometrajes de este año.
El Festival Internacional de Cine de València, organizado por el Institut Valencià de Cultura, ha programado nueve títulos procedentes de Turquía, Dinamarca, Rusia, Brasil, Grecia, Australia, Macedonia del Norte y Ucrania, de los cuales la mitad exploran el aprendizaje y las dudas que se afrontan durante la niñez y la adolescencia.
Fresca, directa y sensible, ‘Stop Zemlia’ mantiene la mirada pegada, a ratos casi de manera documental, a las vidas de una clase de estudiantes de instituto que afrontan su graduación. El primer largo de la ucraniana Kateryna Gornostai dibuja las dudas y los anhelos, los deseos y las intimidades de sus protagonistas evitando los clichés. La película acaba de alzarse con el Oso de Cristal de la Berlinale.
La kosovar Norika Sefa ha construido asimismo su película ‘Looking for Venera’, alrededor de la mirada y de los problemas adolescentes de sus personajes. Este drama robusto, vivo y potente es una reflexión sobre la doble moral con la que se trata el despertar sexual de la mujer en el entorno todavía cerrado de los Balcanes.
Ferit Karahan ambienta su segundo largometraje, ‘Brother’s Keeper’, en un internado al este de Anatolia. En ese entorno aislado, el director lleva a cabo una reflexión sobre el creciente autoritarismo de la política turca y la represión sobre la población kurda. Construida alrededor de la mirada de sus dos protagonistas, combina la dureza de su escenario con la ternura para narrar ese vínculo estrecho que nace al calor de la infancia.
Los pasos que marcan el camino de la protagonista de ‘The First Death of Joana’ son, en cambio, el cuestionamiento de los estereotipos de género y el autodescubrimiento. La realizadora brasileña Cristiane Oliveira ya visitó Cinema Jove con su ópera prima, ‘Nalu on the Border’, en su edición de 2017. Según su parecer y en el contexto del auge del regreso a valores tradicionales en su país, resulta relevante educar a la gente joven sobre la sexualidad y el género como expresiones de identidad.
También procede de Brasil ‘Ecstasy’, donde Moara Passoni firma un proyecto onírico y autobiográfico sobre la anorexia. La película, que cuenta en su banda sonora con temas de David Lynch y Likke Li, es un ‘coming of age’ entre la ficción y el documental reconocido con, entre otros premios, el de la Asociación Brasileña de Críticos de Cine en el pasado Festival Internacional de Cine de São Paulo. Passoni es la coguionista y productora asociada del documental nominado al Óscar ‘The Edge of Democracy’ (2019).
Finalmente, en ‘The Whaler Boy’, el debutante ruso Philipp Yuryev realiza una reflexión sobre la búsqueda del amor, la transición al mundo adulto y las dificultades del aprendizaje sentimental en una ficción ambientada en un pueblo de Siberia especializado en la caza ballenera. La única conexión de sus habitantes con la ciudad son los chats eróticos. La película, seleccionada en la competición de las Giornate degli Autori de la Mostra de Venecia, muestra la inmigración ilegal a EEUU a través del estrecho de Bering.
También habla de éxodo, pero en este caso de la ciudad al campo, ‘All The Little Pretty Horses’, un thriller familiar griego en la estela del cine de Roman Polanski y Michael Haneke, con el malestar de la burguesía de Atenas como telón de fondo. Su director, Michalis Konstantatos, va generando una sensación de inquietud creciente entre la audiencia a partir de una atmósfera progresivamente enturbiada que se ha considerado la respuesta griega a ‘Parásitos’ (Bong Joon-ho, 2019).
‘The Penultimate’ se ha comparado, en cambio, con el cine de Roy Andersson. El debut en el largo del danés Jonas Kærup Hjort es una vuelta de tuerca a los laberintos kafkianos y el teatro de dramaturgos como Samuel Beckett, Harold Pinter y Eugène Ionesco. Con gran inventiva visual y una buena dosis de humor negro, esta sátira sobre la existencia humana en tiempos de confinamiento refleja el sinsentido de la existencia cotidiana.
Completa la selección de largos que optan a la Luna de València este año la australiana ‘Friends and Strangers’. Entre la ironía más descarada y el desapego emocional, James Vaughan ofrece su visión de la generación ‘millennial’. Como si se tratase de un personaje extraviado de una película de Éric Rohmer, su protagonista permanece aislado en el escenario de la clase burguesa australiana, perdido entre sus problemas emocionales y una cada vez más palpable sensación de vacío.