ÁLVARO PONS: Tras el Salón de Barcelona llega, como siempre, la difícil gestión de la compulsión compradora ante una lista de novedades
que, afortunadamente, pierde la calificación de avalancha ganando en raciocinio y quedándose solo en oleada. Para hacer más fácil el trance, vayan algunas recomendaciones de lo más interesante que ha aparecido en la cita catalana. Sin duda, las dos grandes estrellas de este año han sido reediciones: por un lado, la esperadísima edición integral de Alack Sinner, la gran obra maestra de Muñoz y Sampayo que publica Salamandra Graphic en un voluminoso libro de 700 págs. Todo un clásico del género negro que, en manos de sus autores, va virando hacia una brillante disección de las miserias humanas. Por otro, la necesaria reedición de una de las grandes obras de los años 80: Siete vidas, de Josep Mª Beà (Astiberri). Una memoria de la infancia y la juventud narrada con personajes felinos que narra siete muertes en vida, esos siete instantes donde la existencia parece que se detiene, pero sigue a pesar nuestro. Pero ha habido grandes novedades este año, como Júpiter (Norma Editorial), que marca la vuelta de Daniel Torres a su más conocida creación, Las aventuras siderales de Roco Vargas. Tras un largo paréntesis de once años, esta novena entrega se revela como una reflexión sobre el propio personaje y la ficción, cerrando todos los cabos sueltos de la serie para establecer un final o, quizás, un nuevo punto de partida. Torres vuelve al color directo para realizar algunas de las páginas más brillantes de su carrera. Por su parte, Cortázar, de Jesús Marchamalo y Marc Torices (Nórdica) es una compleja aproximación a la vida del escritor en la que Torices se demuestra como alumno aventajado de Olivier Schrauwen para hacer un osado y lúcido ejercicio de exploración gráfica y biográfica. El dibujo se convierte en subtítulo visual de los textos, traduciéndolos al lenguaje de las emociones y sensaciones. Una de las grandes novedades del salón. De la colaboración de Matt Kindt y David Rubín no se podía esperar menos: Ether (Astiberri) es una montaña rusa que crea mundos con la facilidad que los explora, una mezcla de ciencia y magia que se aparta de los tópicos para encontrar camino propio y que deja al lector sediento de más entregas. La sorpresa del mes llega de la mano de Rosario Villajós, ilustradora debutante en la narración larga que deja completamente descolocado al lector en Face (Ponent Mon), un acercamiento a la identidad que parte de las paradójicas relaciones de una mujer sin cara. Si la cara es el espejo del alma, ¿qué ocurre cuando no hay rostro? El planteamiento de Villajós es tan original como inteligente, creando un diálogo con el lector continuo, donde las respuestas nunca serán sencillas. Tras varios fanzines que dejaban intuir a una autora siempre a la búsqueda de nuevos caminos narrativos, la confirmación de Begoña García-Alén llega con Nuevas estructuras (Apa Apa Cómics), una obra que impacta desde su concepción de poesía gráfica, capaz de componer la página haciendo de las viñetas y dibujos versos que esconden sugerencias y emociones. Una obra seductora que, más que leerse, se acompaña con la mirada. Tras un largo recorrido que pasó de película imposible hasta una adaptación fallida por parte de Carlos Giménez, Año 1000, la sangre, la historia de los Siete infantes de Lara escrita por Manuel Matji, encuentra por fin desarrollo gracias a la buena labor de Sergio Córdoba y la acogida de Aleta Ediciones. No era fácil adaptar la legendaria épica de este cantar de gesta, pero Matji y Córdoba logran una obra potente y de lectura apasionante. Y, para acabar, adiós a Nimio, el gran fanzine valenciano que llega a su último número en un especial publicado por La Cúpula con los miembros fundadores y muchos autores invitados. Sin duda, Nimio ha sido la cantera de una de las mejores generaciones de jóvenes autores valencianos y se le echará mucho en falta.