CONSCIÈNCIA, de Gemma Miralles e Irene Pérez.- Teatro Rialto
Terapias
NEL DIAGO: Nueva comedia de la compañía La Dependent, a cargo, una vez más, de Gemma Miralles, aunque para la ocasión la dramaturga y directora alcoyana ha contado con el concurso de la sicóloga Irene Pérez, experta en terapias y sexología, a la hora de la composición del guion escénico. Y es que de eso va la obra, de carencias afectivas, de cotidianidades familiares mal llevadas, de búsquedas introspectivas y, claro está, de terapias más o menos admisibles o absurdas, de chamanes y embaucadores que proponen soluciones estrafalarias a problemas personales reales o supuestos; un planteamiento que me llevó a recordar a aquellas divertidas comedias de Joan Timoneda en las que el autor de El Patrañuelo arremetía contra los nigromantes y falsos médicos que tomaban el pelo a las gentes valencianas, siempre tan ingenuas y crédulas. En Timoneda los falsarios se caracterizaban por sus ropajes y sus latinajos, y en Consciència ocurre otro tanto, al menos en el retrato del chamán colombiano interpretado por Vicent Pastor, personaje que se expresa en castellano con acento paisa (incongruentemente se llama Nahuel, nombre de origen araucano, propio del extremo Sur del continente americano); si bien el grueso de la acción recae en la terapeuta con aires de presentadora televisiva (una explosiva Marta Chiner). En todo caso, ambos manipulan a su gusto a ese grupo familiar compuesto por el abuelo (Claudi Ferrer) cuya esposa ha desaparecido inexplicablemente; el padre, un singular “polesía monicipal” (Pep Sellés); la sufrida madre (Iolanda Muñoz); y la rebelde adolescente (Cara Pascual); la abuela (Empar Brisa), excusa y motor de toda la acción, sólo aparece en una proyección audiovisual. La puesta en escena, que trata de envolver de alguna manera al espectador en la trama, tiene algún momento gracioso, aunque quizá debería asumir mayor concisión y perspicacia para ser enteramente eficaz en su condición de comedia que supere los supuestos básicos del género.