A cuentagotas, pero siguen llegando a la cartelera productos fílmicos nacionales a los que siempre tenemos ganas de echarles un ojo. Aunque, como suele pasar en la mayoría de casos (ya sean de España o del Lejano Oriente), que tengan un reparto atractivo no sirve de nada si el guión se hunde al poco de despegar.
Operación Concha narra las peripecias de los encargados de una productora cinematográfica de poca monta que, desesperados por conseguir financiación, deciden elaborar un plan con el que hacer pasar a un antiguo delincuente por una estrella de cine para engañar a una adinerada productora mexicana.
El argumento podría llegar a interesarnos si se hubiesen hecho las cosas como es debido, pero el guión está escrito con muy pocas ganas y, para colmo, se cree mucho más complejo de lo que realmente es. Los giros y triquiñuelas se ven venir a kilómetros, y, aunque el texto tenga algunos momentos de lucidez, las escenas con gracia son tan escasas que no nos permiten olvidarnos de que estamos asistiendo a un espectáculo realmente pobre.
Otra tremenda decepción que nos recuerda que la comedia de enredos y estafas no pasa por su mejor momento.