TURIA: Hay partidos que viven instalados en el conflicto perpetuo con el gobierno de España. Se alimentan de la confrontación, haya o no motivos para ello, como único procedimiento para alcanzar el poder. Es lo que de forma implacable están realizando la derecha y la ultraderecha española un día sí y otro también. Su objetivo real es derrocar al gobierno a cualquier precio, incluso a base de culparle de los 25.000 muertos de la pandemia y ponerle todas las dificultades posibles para la desescalada. Buena parte de esa estrategeditorialia tiene su origen en la concepción política de José María Aznar de no dar tregua al gobierno, ni al principio, ni al final de la catástrofe sanitaria más grave del último siglo. Nunca fueron leales al gobierno socialista en los “temas de Estado” cuando estuvieron en la oposición. Es difícil olvidar el marcaje y juego sucio hacia el gobierno de Rodríguez Zapatero en lo relativo al terrorismo de ETA, o las mentiras masivas difundidas respecto al atentado yihadista del 11 M. Cualquier medio es lícito para conseguir sus fines que no son otros que conseguir o mantenerse en el poder. Los actos electorales que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso se ha montado con motivo del cierre del hospital de IFEMA repartiendo bocadillos, haciéndose fotos y convocando masivamente a los medios, además de indecente no tiene parangón con el comportamiento de ningún otro presidente de ninguna comunidad autónoma. Su asesor, Miguel Ángel Rodríguez, que ya estuvo con José María Aznar, quiere convertirla en la nueva Esperanza Aguirre de la etapa del Covid 19, aunque sea a costa de saltarse las normas de distanciamiento que rigen para cualquier persona con el fin conseguir espacios para la propaganda. Según algunas fuentes, el PP maneja unas encuestas que le darían un gran acercamiento al PSOE, algo que no ha sido reflejado hasta ahora por ninguna de las grandes encuestas publicadas. El objetivo de la ultraderecha es forzar unas supuestas elecciones anticipadas donde esperan recoger el malestar y el desgaste del gobierno.