Cartelera Turia

EDITORIAL: INTERNACIONAL ULTRADERECHISTA

TURIA: Han pasado casi cuatro años desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Desde entonces, el mundo está mucho peor de cómo lo dejó su antecesor Barak Obama. El quimérico inquilino ganó las elecciones apelando al votante “obrero blanco” con un discurso anti-establishment. El muñidor de aquella estrategia fue Steve Bannon, un pope de extrema derecha que ha trazado un manual de cómo colarse por las grietas del sistema democrático y llegar a esas masas depauperadas por la globalización, la deslocalización y las desigualdades económicas y sociales generadas por estos procesos del capitalismo rampante. Su discurso de reforma social esconde una radical agenda neoliberal en lo económico (privatización de las pensiones, bajada de impuestos a los ricos, privatización de la sanidad y educación, etc). Pero el programa no se detiene en la esfera económica. Sus propuestas constituyen una contrareforma de las libertades públicas y sociales siguiendo la estela de asociaciones ultrareligiosas, que se extienden por varios países del planeta, entre ellos España con la ultracatólica  Hazte Oír (contraria al aborto, matrimonio gay, educación sexual, etc).  Y  con una ambición de militarizar (como ha hecho Trump) la sociedad si fuera necesario. Que nadie dude que esta gente sacaría los tanques a la calle en Cataluña o cualquier otro territorio si algún día llegaran al poder. El discurso anti comunidades autónomas, la criminalización de la inmigración y la demonización del movimiento feminista hacen del partido de Abascal la versión ibérica del America First. Las recientes declaraciones de cargos de VOX, sugiriendo que Unidas Podemos es un partido terrorista, se asemejan mucho a los calificativos que Trump ha lanzado contra los manifestantes que masivamente han salido a las calles de Estados Unidos para condenar la muerte de George Floyd. La sincronización de estrategias demuestra que hay asesores sobre el terreno guiando el camino de la derecha populista en España. El próximo noviembre se celebrarán en Estados Unidos elecciones presidenciales que deben servir para desactivar el principal referente de ese movimiento y vencer democráticamente el discurso del odio. Costará, pero venceremos a la internacional ultraderechista. Es una tarea en la que estamos comprometidos.

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