Cartelera Turia

EDITORIAL: NOSTÁLGICOS DE LA BATALLA DE VALENCIA

El tenebroso fantasma de la involución ha vuelto a planear sobre Valencia después de los gravísimos incidentes protagonizados este 9 d’Octubre por la ultraderecha. Por unas horas la ciudad retrocedió más 30 años para revivir el clima de violencia y crispación que caracterizaba los momentos álgidos de la lamentable batalla de Valencia. Los incidentes comenzaron ya por la mañana cuando grupos ultras
acosaron a la comitiva oficial durante la procesión cívica de la Senyera. Los insultos y los ostensibles saludos fascistas fueron constantes, siendo dirigidos de forma especialmente virulenta contra los representantes de la izquierda y los nacionalistas. Pero lo peor llegaría por la tarde cuando una manifestación ilegal del Yomus a la que se le sumaron miembros de la ultraderechista España 2000 cortó el paso a
una marcha independentista legal que trataba de unirse a la tradicional manifestación convocada en defensa del valenciano por Acció Cultural del País Valencià, organizaciones cívicas, sindicatos y partidos de izquierda. El saldo dejado por los fascistas fue espeluznante: varias personas apaleadas, un fotógrafo de prensa agredido, otro periodista atacado con agua caliente, la manifestación oficial obligada a modificar su itinerario por miedo a los ataques de los ultras. La irresponsabilidad e inoperancia de la Delegación del Gobierno, incapaz de detectar y detener la organización de una manifestación ilegal de decenas de ultras violentos resulta indefendible. Que el delegado del

gobierno Juan Carlos Moragues intente justificarse afirmando que la marcha fascista no había sido comunicada resulta bochornoso. Como igualmente irresponsable resulta la actitud del PP valenciano que en lugar de condenar sin reservas estos hechos, se limitaba a valorar el 9 d’Octubre en su página web centrándose en criticar al president de la Generalitat Ximo Puig por no referirse a la unidad de España en su discurso y a acusar al Consell de promover “políticas de confrontación”. Sin duda, la situación que se vive en Catalunya supone un hecho de especial transcendencia que, como venimos defendiendo desde estas páginas, debe ser afrontado con responsabilidad, diálogo y cordura. Sin embargo, lamentablemente asistimos con preocupación a la actitud de una derecha que, escudándose en la legalidad y llevada por cálculos electoralistas a corto plazo, se está dedicando a inflamar los sentimientos supuestamente patrióticos más básicos. El peligro de que ello termine incubando el siniestro huevo de la serpiente es una amenaza que este 9 d’Octubre se plasmó en toda su terrible realidad en nuestras calles. Valencia no puede retroceder en el calendario para regresar a sus tiempos más oscuros. Está en juego la convivencia democrática y pacífica de todos los ciudadanos. Frente al renacer de las pesadillas no valen los oportunismos ni la indiferencia.

Foto: Miguel Lorenzo

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