Cartelera Turia

EL ABISMO DEL OLVIDO: LA DIGNIFICACIÓN DE LAS FOSAS DEL FRANQUISMO

ÁLEX SERRANO: El cementerio de Paterna acoge en su subsuelo los huesos de varios miles de represaliados del franquismo que fueron ejecutados en el campo de tiro anexo al camposanto. Uno de ellos era el padre de Pepica Celda, un campesino de izquierdas que, como tantos otros, fue condenado a muerte un año después de acabada la Guerra Civil tras una pantomima de juicio. “El abismo del olvido” toma como punto de partida una entrevista del periodista valenciano del diario El Mundo Rodrigo Terrasa realizada a Pepica hace más de una década para contar la historia de una mujer que pasó ochenta años de su vida intentando dar una sepultura digna a los restos de su padre. A partir de ahí, Roca y Terrasa detallan la implacable maquinaria de limpieza ideológica franquista mucho después de acabada la guerra y el impacto en las vidas de personas que, en muchos casos ya no tienen a nadie que les recuerde ni reclame. “El abismo del olvido” también sirve para recuperar la figura de Leoncio Badía, el sepulturero de Paterna que devolvió la dignidad a los fusilados y sus familias y cuyo compromiso permitió, décadas después, identificar a numerosos cadáveres.

“han sido dos años de levantarme y acostarme con ese drama”, admite Paco Roca, “pero luego, es verdad que es muy reconfortante como autor haber tocado un tema que te lleva a tener que desarrollar herramientas diferentes y, como persona, haber entendido una situación que a veces no es fácil de entender desde la sociedad española”, cuenta.

El dibujante asegura que “el tema de las fosas se ha pervertido tanto desde la política y hay que quitarle toda esa capa de fango para entender realmente lo que supone el tener los huesos de tu familiar en una fosa común y que pasen 80 años hasta que los puedas rescatar”.

Entroncando con la actualidad, Paco Roca recuerda cómo cuando empezó a manejar la extrema derecha en Europa, “aquí se repetía la letanía esta de que nosotros estábamos inmunizados, que venimos de una guerra civil y que no iba a pasar, y ha pasado.”  La aparición de Vox, considera, “ha demostrado que todavía quedaba un franquismo, espero que residual”.  “Estaba entre nosotros y lo hemos visto estos días en Ferraz cada día y a mí hay una cosa que sí me asusta realmente, que es esta concepción del otro, como alguien que no existe. hay gente que no entiende que puede haber gente que opine de otra manera y esto yo creo que es un poco la esencia de lo que ocurría entonces”, amplía el dibujante.

“Cuando la polarización ideológica se desboca por completo es cuando deshumanizas por completo el otro, cuando ves al otro como el enemigo, y yo creo que aquello que lo que ocurrió en la guerra y en la posguerra. yo no quería pensar que se está repitiendo algo tan bestia. Pero sí que estamos cruzando cada vez líneas rojas más peligrosas”, coincide Rodrigo Terrasa.A mí me pasa a diario: gente que te llama facha porque trabajas aquí y lectores de aquí que te llaman rojo porque publicas algo”, cuenta el periodista, que recuerda que este cómic “sale de un reportaje de El Mundo, y yo estoy muy orgulloso del trabajo que he hecho en este periódico, y de lo que me han dejado hacer siempre”.

“Teníamos muchísimas piezas con las que jugar, y a nivel narrativo eran personajes fascinantes, pero cuando te metes en la parte del contexto, te das cuenta de que España no está preparada”, confiesa Rodrigo Terrasa.  “Había muy pocos datos objetivos a los que coger cuando te pones a investigar cuántas cosas comunes hay en España, cuántas han exhumado, cuántas quedan por exhumar, cuántos muertos quedan por localizar, cuántos muertos hubo, cuántos murieron en la represión… te das cuenta de que justo era eso de lo que estábamos hablando de que este era un país donde todo esto se ha cubierto con un manto de silencio”, concluye.

“Estaba muy convencido de que de que era una historia que iba a funcionar seguro y que, narrativamente, tenía muchas posibilidades”, asegura Rodrigo Terrasa. El periodista, amigo de Paco Roca desde hace dos décadas, se pasó varios años persiguiendo al dibujante para sacar adelante una historia que muy pronto identificó como hecha a la medida del autor de “Arrugas”.

“Hicimos una primera fase que fue puramente periodística, que era retomar la historia, volver a contactar con las fuentes, localizar de nuevo a la hija de José Celda, localizar a la hija de León, Badía, leer muchísima información, hablar con arqueólogos, con historiadores, con forenses…” recuerda Terrasa, quien confiesa no ser un gran aficionado al cómic (“cuando me preguntan, siempre digo que me gustan los cómics de Paco”, puntualiza).

“Para mí el momento en el que Paco convierte todo eso en un guion de cómic fue fascinante”, evoca Rodrigo Terrasa. “Pensaba que necesitaríamos millones de bocadillos para contar esto. Estoy acostumbrado a escribir reportajes largos en el periódico y siempre tengo peleas con los maquetadores para ganar más texto, y era como: ‘aquí déjate de dibujos, para que lo vendamos, hace falta texto’. Al final te das cuenta de que Paco tiene una capacidad tan bestia de narrar a través de las imágenes que hay un punto en el que sobran todos los bocadillos y podíamos contar solo con imágenes”.

Para Paco Roca, no es casualidad que esta historia acabe siendo contada tal y como se merece a través del cómic. “Las plataformas o televisiones, en muchos casos, no quieren tocar temas que puedan molestar a una audiencia general y, en ese sentido, yo creo que el comic es el medio visual con más libertad para contar determinadas historias”, destaca Paco Roca.

Para el artista valenciano, esta historia “se tiene que leer fuera de España para mirarla desde otra perspectiva y eliminar determinadas lecturas que a veces son demasiado localistas o muy políticas de la política actual” como fórmula para que lo confrontacional permita asomarse al lado puramente de unos hechos desgarradores. Coincide en esa sensación Rodrigo Terrasa, quien concluye cómo “más allá de del discurso tan tóxico de los políticos, tienes una señora de 80 años que lo único que quiere es enterrar a su padre junto a su madre. Es tan sencillo como eso”.

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