LAURA PÉREZ: Todo comenzó el pasado martes 10 de marzo; leo en un mensaje en Whatsapp que se ha aplazado el Festival de cine de Málaga. Primer aviso. Poco después, ese mismo día, aplazaban también las Fallas, la Magdalena de Castellón, algunos conciertos, eventos culturales… Así hasta el fin de semana en el que prácticamente todo el país estábamos en cuarentena. Todos y todas en casa, hacer teletrabajo (el que pueda, claro) pero también nos espera tener mucho ocio en casa. Ni el sol de marzo nos dará una pequeña tregua.
Pese a las quejas que todos habremos repetido estos días con respecto a las cancelaciones de nuestros planes y viajes -yo asistía a Málaga- o de no poder salir a tomarte una simple cerveza con los amigos -problemas del primer mundo-, la situación desde el ámbito de la cultura empezaba a ser realmente preocupante. Teatros, cines, auditorios… todo cerrado hasta nuevo aviso. La industria cultural, ya de por sí en continuo sufrimiento por falta de recursos económicos, financiación pública o simplemente por dejadez política y social, es una de las más perjudicadas en estos tiempo de cuarentena. El supuesto aplazamiento de festivales de cine, como el de Málagao el de Medina del Campo (éste ya había inaugurado), pero también otros más modestos que se celebrarán próximamente como el Skyline Festival de Benidorm, la segunda edición del LAB de Seriesde Valencia o el Festival de Cine Por Mujeresde Madrid, que se traspasa al mes de junio. Casi todo se aplaza hasta dentro de unos meses, o incluso muchos eventos culutrales y de ocio, como conciertos o eventos masivos, hasta después del verano. Todos estos aplazamientos me hacen pensar en cómo se lo van a montar para reestructurar toda la programación prevista. En el caso del Mafiz de Málaga, la zona de industria del festival, sus actividades, presentaciones y charlas se pueden llevar a cabo en cualquier otro momento, pero no ocurre lo mismo con los estrenos de cine, pues muchas de sus películas que participaban en Sección Oficial, se van a estrenar -se supone, todo es muy incierto todavía- antes de las nuevas fechas del certamen. Entonces, ya no serían estrenos nacionales o internacionales, como muchos festivales de cine demandan en su programación. ¿Cual sería la solución? ¿Volver a lanzar las bases y reprogramar todo? La tarea no es nada fácil, y da la sensación de que tanto trabajo y esfuerzo sería mejor guardarlos para el año siguiente. Desde luego, la decisión es compleja, y desde aquí mandamos mucho ánimo y fuerza a todos esos festivales de cine, música o cualquier evento cultural previsto para estas semanas que vean su celebración tambalearse; deseamos con más ganas todavía asistir a todos los eventos una vez pase todo esto, que también pasará.
Mientras, entre el aluvión de chistes y memes que corren por las redes sociales, para hacernos más amena esta reclusión casera a comienzos de la primavera (recomiendo fervientemente seguir el perfil “oficial” de Twitter de @CoronaVid19), muchos artistas hacen lo que mejor saben y se solidarizan con la causa. Hemos asistido a conciertos de música “en directo” de músicos y cantantes desde sus casas, retransmitidos a través de Instagram o Youtube. Además, aunque muchos rodajes de películas y series se han paralizado (otro pequeño desastre para nuestra industria audiovisual), la oferta de cine en casa se ha ampliado gracias a algunas plataformas como Movistar + , que han abierto sus contenidos gratuitamente durante un mes. Todos pensamos que algunas como Netflix o HBO se estarían frotando las manos estos días, al prever la cantidad de nuevas suscripciones que se iban a producir a raíz del confinamiento nacional. Y no es para menos, pero siempre nos quedarán opciones online gratuitas como Vimeo, Plat TV (para cine experimental y de autor), Youtube o las secciones de “A la carta” de las web de RTVE o À punt. No quiero hacer promoción de plataformas VOD porque no les hace ninguna falta, pero pasarse estos días en casa viendo películas es una buena opción para sobrevivir a la pandemia de ahí fuera. Los más morbosos, elegirán evidentemente ver películas sobre el apocalipsis, epidemias mundiales, zombies o desastres naturales. Ahora las ves y no hacen ni puñetera gracia, la verdad. Yo recomendaría algún tipo de cine más instructivo y menos alarmante, que la gente está muy sensible (¿comedias románticas?). Pero una buena opción es la que nos ofrecen los compañeros de Docs Valenciaen su Twitter, donde podréis ver un listado de documentales en abierto en el canal de Vimeo. Algunos ejemplos que lanzan son Comprar, tirar, comprar(Cosima Dannoritzer, 2010), sobre la obsolescencia programada; Ahir/Demà,de Raúl Riebenbauer, ganador del festival de Thessaloniki; Ciutat morta, de Xavier Artigas y Xapo Ortega (mejor documental en Málaga de 2014); o Zeitgeist(Peter Joseph, 2007) un documental que relaciona el Cristianismo, el 11-S y la Reserva Federal Americana. Hay decenas más, puesto que la oferta internauta de audiovisual parece infinita, pero al menos, algunos de estos títulos sirven para aprender cosas nuevas, reflexionar sobre nuestra vulnerable existencia o, al menos, pensar en otros problemas del mundo que no sean el puñetero Coronavirus. Que haberlos, haylos, y esto también pasará.