Cartelera Turia

EL IRRESISTIBLE OLOR A LIBRO VIEJO. UN PASEO POR LA FERIA DEL LIBRO ANTIGUO Y DE OCASIÓN.

ANDREA MOLINER: El magenta del cielo hace acto de presencia cuando el reloj marca las siete en punto de la tarde. Las churrerías – con sus tradicionales colas esperando unos buñuelos bañados en chocolate- ya forman parte del mobiliario urbano, situándose prácticamente a la altura de semáforos, pasos de cebra o bancos que piden a gritos una mano de pintura. La pólvora explota contra el suelo, provocando que una servidora que sobresalte cada vez que intenta retomar la escritura de este texto. Y antes de que la noche levante el vuelo, los acordes de las primeras verbenas a la luz de guirnaldas de colores dejan muy claro que eso de afinar, al menos por parte de algún que otro cantante de orquesta o, peor aún, de cierto fallero con un grado más de alcohol en sangre de lo que aconseja la OMS, sigue siendo una asignatura pendiente. Dicho de otro modo: la ciudad es un polvorín esperando a que sus ciudadanos entren en una espiral de amor, odio o ambas a la vez y a que miles de personas abarroten aquellos lugares por los que durante el resto del año se puede respirar y disfrutar de un agradable espacio vital.

Pero, queridas y queridos, no os preocupéis. En medio de este caos de calles cortadas, de incívicos que lanzan petardos cerca de tus pies, de falleros desfilando al ritmo del “Amparito Roca”, de mascletás cada vez más masificadas, de sátira de la buena que consigues apreciar tras un mar de móviles apuntando al ninot más polémico y de familiares o amigos que tuercen el gesto ante la más mínima crítica a las fallas que ose salir por tu boca se encuentra la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión. No es que sea una talibana de la fiesta fallera, de hecho, en mi corta biografía aparece un periodo comprendido entre los once y los dieciocho años en los que fui una fallera a la que no le molestaba ni el moño, ni el traje ni los eternos plantones de la Ofrenda. Aún así, y a pesar de que la contradicción sea marca de la casa, os quería recomendar este pequeño oasis en plena Gran Vía Marqués del Turia. Sí, casi en medio del epicentro de la fiesta, pero lo suficientemente recogido como para abstraerse durante unas cuantas horas.

Tanto para quienes detestéis las fallas, como si las veneráis, como si os da igual, si os gusta el mundo de los libros éste es vuestro lugar. Nada como dejarse caer en el pasillo central que separa unas casetas de otras. Algunas de gran renombre y tradición en nuestro callejero, otras venidas de fuera, de la capital del reino o de lugares en los que también se han convertido en emblema de atesorar aquello aparentemente inservible, añejo, pasado de moda. Entre rarezas y best sellers de principios de la década pasada, cada lector encuentra su hueco porque, lo que a ti te parece cutre, carente de interés o carne de mercadillo de segunda mano, tal vez a tu acompañante le parezca el mayor de los hallazgos. Y es que, si se sabe buscar, una puede encontrar autenticas joyas que ensalcen ese paraíso intelectual que son nuestras bibliotecas privadas. Este año han caído El amante de los caballos de Tess Gallagher – un libro de relatos de la escritora que fue algo más que la última esposa de mi admirado Raymond Carver- y El monstruo de Hawkline – un marciano western gótico y a la vez un alocado texto contracultural de los sesenta -. Como veis, la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión satisfaciendo, una vez más, mi eclecticismo literario. Ojalá sintáis el mismo flechazo.

EL IRRESISTIBLE OLOR A LIBRO VIEJO. UN PASEO POR LA FERIA DEL LIBRO ANTIGUO Y DE OCASIÓN.

SANDRA MONFORT – PALAU DE LES ARTS

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