CARLOS L. OLANO: Art Spiegelman es un dibujante de cómics de Nueva York, autor de quizás la más singular de las historias del Holocausto judío: Maus, relato de un superviviente. Durante más de diez años, dibujó la historia de sus padres, supervivientes de Auschwitz. Art narró magistralmente las vicisitudes de una familia polaca y judía (la suya) durante el auge del nazismo, y las heridas que nunca se curan y que arrastraron después de emigrar a los Estados Unidos. Se atrevió a hacerlo mediante un cómic alternativo, que alcanza las 300 páginas en blanco y negro, en el que utiliza un recurso clásico de las parábolas: los judíos son representados como ratones, los alemanes como gatos, los polacos como cerdos. Creó una obra maestra reconocida mundialmente y galardonada con el premio Pulitzer, el único concedido hasta la fecha a una novela gráfica.
Más allá del impacto inicial, Maus sorprende por su fuerza, por la sencillez de la historia que sigue el recorrido de ese padre imperfecto que provoca a la vez el rechazo y la admiración del autor. También, de la madre de la que nunca llegaremos a conocer la historia completa porque sus memorias cuidadosamente escritas para pervivir en el recuerdo y llegar a su hijo, fueron destruidas. Y por último, del hermano siempre ausente que probablemente terminó su vida en las cámaras de gas que formaban parte de la más perfecta maquinaria de matar fabricada por el hombre. Spiegelman hizo justicia con sus fantasmas familiares y rindió cuentas con su pasado judío. Y su historia triunfó. Demostró que las viñetas eran un género literario al mismo nivel que la novela, el teatro o la poesía. Que los trazos de sus dibujos generaban empatía y al mismo tiempo eran útiles para denunciar la desigualdad, la injusticia, para hablar de los héroes olvidados que habitaron junto a nosotros sin que nadie los recordara durante tantos años.
Después de él, vinieron muchos más. Y aquí en casa, tenemos grandes ejemplos. Paco Roca escribió y dibujó Los surcos del azar, la historia de la Novena Compañía, la mítica Nueve, la división del ejército de la Francia Libre que, formada por combatientes republicanos españoles, fue la avanzadilla que hizo posible la liberación de París. Y su último libro, Regreso al Edén que cuenta la historia de su familia, se convierte también en un retrato de la posguerra, del estraperlo y la economía de subsistencia, de la represión franquista. Aún está abierta en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València la muy recomendable exposición basada en el cómic. Los también valencianos Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, que ganaron el Premio Nacional de Cómic en 2019 por El dia 3, publicarán en breve la historia de la miliciana de Sagunto fusilada en Paterna, María Pérez La Jabalina.
Cómics que hablen de nuestra memoria hay. Buenos y muchos. Y lectores que se reconocen en esas historias o que descubren en ellas el oneroso pasado que creemos tan lejano, también. Pero no se confíen. A Spiegelman no le sirvió de nada ser considerado uno de los autores más importantes del mundo ni los numerosos premios que ha obtenido a lo largo de tantos años, y se vio envuelto hace unos días en una desagradable polémica: en un condado de Tennessee, La Junta Escolar vetó Maus, ya que lo consideró poco apropiado para los alumnos. Los miembros de esa Junta explicaron que tomaron la decisión por el lenguaje malsonante empleado en el libro, porque aparecen sujetos ahorcados y por la inclusión de un desnudo femenino (en el que se representa a la madre del protagonista). A nadie le sorprende que en ese condado del sur de Estados Unidos, Donald Trump obtuviese holgadamente la victoria electoral con el 80% de los votos emitidos.
Aldoux Huxley escribió que la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia. Todavía quedan gatos dispuestos a acabar con los ratones, impunemente. Injustamente. No lo permitamos. No olvidemos lo que nos enseñan los libros.
Pie de foto:
El dibujante Art Spiegelman, junto a su mujer, la editora Françoise Mouly, en su apartamento de Nueva York. (Foto: Carlos L. Olano)