Cuando en 1968 el gran geógrafo francés Alain Huetz de Lemps (*) público su obra Vignobles et vins du Nord-Ouest de l’Espagne que estudiaba desde Navarra a Galicia. Los vinos de Rioja reinaban en España como vinos de calidad. Pocos, fuera del Cava y el Ribeiro se podían encontrar en las cartas de los restaurantes, aunque algunas joyas minoritarias de; Almansa, Tarragona, Alicante, Empordá y Penedés podían comprarse en vinotecas y tiendas de bodeguers. Alain destaca los vinos de Logroño, las Riojas (alta y alavesa) y Navarra. Su estudio como el El Vins de l’arc Mediterrani d’Alacant a Montpeller, ocupa una extensión de 155.000 km2, un arco que va del golfo de Vizcaya a Finisterre. Y aunque los vinos de Rioja podían reclamarse como grandes y finos vinos este trabajo del imprescindible autor francés le vino a los vinos de Rioja como dinero caído del cielo, pues fue una percha intelectual donde colgar sus estrategias de divulgación, promoción y marketing. Fue un eficaz aliado en su prestigio internacional. Pero al fin y al cabo Alain no hacía en este delicioso estudio otra cosa que divulgar los vinos de corte atlántico a caballo sobre la línea Wagner que divide la viticultura europea en dos (la atlántica-continental y la mediterránea) línea que naciendo de Oporto pasa justo por Haro.
El gusto imperante era el tipo de tinto del eje Burdeos-Rioja; de color abierto y cuerpo ligero. Pero un cambio histórico se produjo en la dedada 1980 una revolución casi puedes en el Languedoc y Córcega desarrollo un estilo de vinos mediterráneo, con sus propia variedades donde la fruta y la crianza producían vinos de bouquet natural y equilibrio. Menos reducidos y oxidados En la feria Vinexpo de 1985 tintos las novedades exitosas como el Clos de la Dame de AOC Ajaccio y los Minervois, y Cotes du Languedoc-La Clape (Vignelacoroix) mostraron que ste estilo de vinos eran tan filos, elegantes y seductores como los del eje Burdeos-Rioja-Ribera. El tiempo lo ha confirmado y como vemos y bebemos desde hace años podemos disfrutar de estos grandes vinos de l’arc mediterrani. Y como se suele decir tout le rest c’est literarure.
20Desde la Sierra de Bullas en la comarca de Requena y Utiel, en esta primer parte de la guía seleccionamos vinos que responde a una exquisita calidad. Las características de estos vinos a más de una excelsa enología, son la expresión de variedades propias (monastrell, bonicaire, airen, macabeo, tintórea, forcallat, moscatel, giro, bobal) con algún aditamento minoritario de foráneas. Pero es el terroir con la geografía del l’arc mediterrani y su influencia marina cuyo litoral tiene un zócalo continental de profundida baja, lo que marca su condición climática; lluvias torrenciales estacionales, alta insolación (más de 2.800 horas por año de media). La geografía es la que marca esta rica diversidad vitícola con sus sierras y valles como describe el geógrafo Juan Piqueras catedrático de geografía de la Universitat de València estos valles, corredores, hoyas, glacis y sierras (en el País Valenciano finalizan dos de los sistemas montañosos más importantes de la península el Bético en la Marina y e Ibérico en Castello), y su ríos del secano, no muy caudalosos, pero de gran desnivel en su escaso recorrido cono el Montnegre y el Vinalopó o el Palancia (75 km de longitud).