Considerada como una de las 15 mejores películas de todo los tiempos, la segunda mejor película norteamericana después de Ciudadano Kane, según el American Film Institute , se repone en salas de cine la obra maestra de Francis Ford Coppola . Los cinéfilos pudieron disfrutar recientemente del reestreno de Apocalypsis Now redux, todo un espectáculo visual y narrativo y obra cumbre de Coppola. Si aquella película fue un auténtico periplo de producción El Padrino no lo fue menos.
La Paramount contactó con Ford Coppola para hacer la adaptación de la novela de Mario Puzo. “Se volvió una experiencia muy difícil para mí en esos inicios de los años 70. Yo era muy joven en aquel entonces. No tenía poder. Detrás de mí, estaba el personal del estudio Paramount dándome órdenes y lo único que yo quería hacer era tratar de estrenar la película, con mi mejor esfuerzo, aun cuando era muy distinto a lo que los ejecutivos tenían en mente cuando me contrataron para adaptar la novela de Mario Puzo”. Estuvieron trabajando varios meses en el guión. La película iba a reunir a lo más granado del Hollywood del momento. El enorme- y difícil-Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall. “Yo quería hacer una película con actuaciones hermosas, con bella fotografía y linda dirección de arte. Y lo conseguimos; pero el problema fue que el estudio vio El Padrino y se topó con que era una película de temas oscuros e iluminación sombría, con actuaciones intensas, que competía con su idea de haber hecho una cinta comercial. Querían anunciarla como una película de gángsters con temática y estilo comercial —fue una experiencia muy dura para mí como realizador”. Lo cierto es que la película fue un auténtico éxito comercial cuando se estrenó en 1972. Recaudó 286m. de dólares y durante mucho tiempo fue la película más taquillera de la Paramount.
Como toda gran película dejó tras de sí un amplio y polémico anecdotario que desvelaba en gran parte el Harlan Lebo en su libro The Godfather Legacy: The untold story of the making of the classic Godfather trilogy (1997). Para poder rodar en Nueva York necesitaban poder hacerlo en ciertas localizaciones y calles. Al conocer que se iba a rodar una película sobre la mafia una Liga de Defensa de los italoamericanos comenzó poner problemas. Esta asociación pensaba que El Padrino iba agudizar los estereotipos del italiano mafioso. Lo más gracioso es que el presidente de aquella Liga era el propio Joseph Colombo, cabeza de una de las 5 familias mafiosas de Nueva York. Se produjeron algunos sucesos extraños como el tiroteo de la casa del productor, avisos de bomba y problemas con los sindicatos. El productor Albert S. Ruddy se reunió con Joseph Colombo y su hijo para garantizarles que la película no contribuiría a los estereotipos de los mafiosos. No se mencionaría la palabra mafia o Cosa Nostra y además harían una “donación” a un hospital que gestionaba la asociación. También se ha sabido que organizaron un pase privado para las familias mafiosas de Nueva York. El Padrino se convertiría en una icónica película sobre la mafia que tendría segunda y tercera parte. Como corolario, tiempo después, Paramount le encargó la segunda parte a Coppola. Un día, pasando por Los Ángeles uno de los productores de la Paramount le espetó: “Nosotros no éramos dueños del estudio. “¿Sabes quién era el dueño?: El Vaticano. “Yo le dije que no sabía (la santa sede llegó a tener el 5% de las acciones de Paramount). Y él me explicó que el Vaticano tenía una compañía de bienes raíces llamada SGI Immobiliare y que eran dueños de muchas propiedades, involucrándola en mucha corrupción”. Y es que muchas veces, la vida supera la ficción. Conviene revisitarla.