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EL TALENTO DE ALEJANDRO PLATERO

ANDREA GABRIELLI: La tierra valenciana desde siempre ha regalado talentos a multitud de sectores: desde la ciencia al arte, la arquitectura o la medicina y como no, también a la gastronomía. El valenciano, y eso es algo que tengo que reconocer, tiene este maravilloso punto de creatividad que me recuerda mucho a mis paisanos. Será nuestro mar, el mare nostrum, que nos une, esta cuna de civilización que marcó para siempre el destino de la humanidad y cuya influencia sigue presente ahí en nuestro idioma, nuestros hábitos cotidianos, nuestra alimentación, etc. Es aquí, entre los brazos maternales del Mediterráneo, que nace nuestro ser y estas raíces profundas que nos recuerdan constantemente quienes somos y de donde venimos. En el campo gastronómico, alguien destacable (e indudablemente inquieto) además de talentoso, es Alejandro Platero. Este cocinero tiene ya un largo recorrido y, aunque en alguna ocasión haya podido parecer, contradictorio, siempre ha perseguido sus ideales y sido fiel a sus principios.

Para quien no lo recuerde, su trayectoria comenzó hace ya muchos años en el cercano municipio de Mislata con Come & Calla, después abrió Mulandhara en Campanar (su barrio) y, a continuación, su primera propuesta importante en el centro de la ciudad, el Macel×lum. Esa fue su época dorada (2015-16), cuando quedó en segundo lugar como cocinero revelación en Madrid Fusión, o cuando llegó hasta la final del popular y mediático Top-Chef, consiguiendo un inmejorable escaparate a nivel nacional. Años después cerró Macel×lum y volvió a su barrio, abriendo un interesante taller de cocina y apostando por la comida rápida en auge añadiendo un toque gourmet a las sorprendentes hamburguesas que propone en su Utopic Food (Cartelera Turia n.3035). Una propuesta algo singular vista su trayectoria profesional, pero justificadísima tanto en lo que se refiere al resultado final (sus hamburguesas son verdaderamente exquisitas y especiales) como a nivel empresarial (probad a ir un fin de semana sin reserva…). Aún con tantas experiencias diversas, su inquietud y gusanillo sigue ahí, y Alejandro acaba de hacerse cargo del espacio que ocupaba el restaurante Nou Chocomeli que se traspasó. No se lo pensó dos veces y lo cogió para realizar algo que quizás se había quedado a medias en los tiempos del Macel×lum de modo que este “long and winding road” lo ha llevado a sus orígenes: un lugar pequeño donde poder dar alas a sus recuerdos culinarios familiares, respaldado por un bagaje técnico y una experiencia muy variada y completa. Alejandro reivindica aquí sus raíces, la tierra de sus abuelos y de sus padres con sus productos únicos y sus arroces tan emblemáticos.

La experiencia gastronómica en Alejandro Platero Restaurante (Calle del Poeta Antonino Chocomeli, 6) es un poco como si él te abriera las puerta de su casa junto a su mujer Nuria Latorre. Cada día es una propuesta distinta, dependiendo de lo que ofrece el mercado: producto fresco, kilómetro cero, de la máxima calidad, tratado siempre con gran cariño y excelente técnica. Quizás, es mi impresión, pero cruzándomelo por el barrio, me resulta un Platero más humilde y cercano que la imagen que transmitía en televisión, donde no se había ganado toda mi simpatía (a veces la pantalla nos ofrece imágenes muy distorsionadas y creadas en función de las exigencias del show business). Fuera del local, bajo su nombre, aparece una cuchara, que nos evoca la comida casera y en la sala no caben más de una quincena de comensales, lo que hace que el trato sea de lo más próximo y familiar. El eje central de sus comidas y donde recrea sus fantasías culinarias es el arroz.Entre sus propuestas: un arroz de pelota de cocido, por ejemplo, o un arroz del senyoret con gamba roja de Dénia. Los entrantes también son de lo más espectacular, donde productos de la huerta o del mar se convierten en poesía. El restaurante abre solo a mediodía y el gasto medio ronda los 60 euros. Se puede comer a la carta u optar por el Menú Platero (49€ sin bebida), que propone tres entrantes (uno de huerta, uno de mar y uno de cuchara), un arroz a elegir entre almeno dos, y postre. Un pequeño apunte mas: acaba de comenzar también a servir almuerzos en su otro local, el Utopic Food. Ya he pasado varios días y siempre a tope, habrá que probarlos sin duda. La verdad es que estoy cada día más contento de ver como la propuesta gastronómica valenciana en estos últimos años se está enfocando en el producto, la calidad y una identidad cultural muy propia: sin duda el camino correcto hacia un puesto fijo en el mapa mundial de la buena cocina.

EL TALENTO DE ALEJANDRO PLATERO

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