XIMO CÁDIZ: En los recientes Premios TURIA, Arturo Blay (que presentó el evento junto a Amàlia Garrigós) anunció que el galardón por la reforma laboral que recibía la vicepresidenta y ministra de trabajo Yolanda Díaz sería entregado por… Pablo. Acto seguido rectificó para decir que Pablo no había venido, que era Pau Vergara, nuestro amado director, quien daría el halcón maltés. La carcajada fue generalizada. Esto solo puede pasar en un acto de nuestra cartelera.
Mejor tomárselo con humor, pero la cosa está tensa. No sé yo si las gentes y dirigentes de Podemos, Izquierda Unida, Más País y lo que está articulándose como Sumar son conscientes de que el espectáculo de reproches y zancadillas puede acabar abriendo las puertas de los gobiernos de municipios, autonomías y de España a la derecha de Feijóo y Abascal. Eso pasará si lo que hay a la izquierda del PSOE no se pacifica y aglutina de manera eficaz y con un mínimo de ilusión el voto de una parte de la ciudadanía que asiste atónita a esa bronca suicida.
Haría falta que alguien, como aquel personaje de Katharine Hepburn en El estado de la Unión (de Frank Capra), consiga romper esa dinámica perniciosa. Como en la que cae su marido y candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Spencer Tracy, por la mala influencia (y las manipulaciones) de su amante, Angela Lansbury (que borda su papel de ambiciosa magnate de la prensa). Que cada cual haga los paralelismos que considere, pero o se recupera la sensatez y el concierto en el mundo de Podemos y aledaños o este país se irá a la mierda.
Y ya que estamos con Capra, pienso en Qué bello es vivir y es inevitable que hable de la Navidad para expresar mi estupefacción al ver que a mitad de noviembre ya hay ciudades (Vigo o Alacant) que han encendido sus luces de decoración. Sí, el led gasta poco; sí, se van a ajustar horarios para simular un ápice de coherencia con las restricciones energéticas; sí, se supone que la ambientación navideña anima las compras… pero por esas mismas razones, cualquier año empezamos este dislate en septiembre. Si las rebajas tienen calendario, por el bien de la Humanidad, también habría que limitar las fechas de los excesos navideños. El planeta y las personas lo agradecerán.
Se ha tildado a Capra de hacer un cine lleno de ingenuidad, moralejas y buenismo. A ver si Yolanda Díaz y Pablo Iglesias se contagian un poquito de ese ánimo positivo y se reconstruyen confianzas que, hoy por hoy, están rotas. Esto no es Juego de tronos, es el futuro del país.