“Impulsamos una programación ligada al tejido social”
ABELARDO MUÑOZ: El Centro Cultural La Nau cumple 20 años. En estas dos décadas este edificio que abrió sus puertas en el año 1500, se ha convertido en un referente del debate y participación cívica, no solo académica. Antonio Ariño, vicerrector de cultura, sociólogo e investigador, es responsable de su impulso en estos años. La TURIA le pidió un balance de sus logros y novedades para la temporada.
¿Cuál ha sido la filosofía que impulsa la actividad cultural en La Nau?
Ortega decía que los universitarios debían formarse en la cultura actual y estudiar los problemas más relevantes de su época. Ahí estamos nosotros. La razón crítica y la ciencia son los dos elementos que orientan el tipo de cultura universitaria. El objetivo es fomentar la innovación artística e interrelacionar los distintos campos del saber. La Nau está situada en el centro de la ciudad. Este es un edificio que metafóricamente tiene tres puertas abiertas. Nosotros no vamos a poner controles en las puertas. La Nau es como un corazón y sus puertas son las venas por las que circula la sangre de la ciudad. Seguimos abiertos a todas las entidades que tienen inquietudes culturales. Asociaciones de vecinos, organizaciones del tercer sector, ONG, s contra la pobreza. Todas esas entidades tienen aquí una casa para programar. Además, tenemos las antenas puestas sobre lo que está sucediendo en la sociedad. A la cátedra de memoria histórica le vamos a dar más fuerza institucional. En el otro extremo hemos introducido la cátedra del comic. Todos los medios necesarios para acercar al público a una cultura crítica. También impulsamos La Escola de Pensament o el Foro de Debats.
¿Cuándo comenzó el cambio en La Nau?
Se creó primero, en 1980, con el rector Colomer, el vicerectorado de Extensión Universitaria. Luego, Roselló impulsó la cultura universitaria popular: libros, exposiciones y debates. El 6 de octubre de 1999 se decide dedicar el edificio solo a actividad cultural y conservción del patrimonio histórico. Con la creación del Forum de Debats comienzan a proliferar las actividades. Y más tarde se consolida el éxito de audiencia de las exposiciones.
¿Cuáles han sido más populares?
La mayor popularidad de una exposición depende de que se ocupe de problemas valencianos. Eso las hace más atractivas. Las exposiciones de El Flaco y El Roto y las de Estudiantes contra la dictadura han sido auténticos éxitos de público. Con esta última mucha gente descubrió una etapa que no conocía. También fue muy celebrada Maestros de Ciudadanía, que se dedicaba a Ernest Lluch, Tomás y Valiente y Broseta.
¿Cómo ve las relaciones de la Universidad con el poder político?
Vamos a crear lo que llamamos un Conversatorio, sí, de conversar. La sociedad necesita más conversación. Tenemos que conversar. Vamos a tener conflictos, pero el conflicto se puede negociar. Un conversatorio es eso: se habla de cualquier tema. La polarización política que estamos viviendo es una destrucción de todos los marcos de diálogo. Es grave. Mi filosofía en ese sentido tiene que ver con la corriente crítica de la escuela de Frankfurt. La que hablaba de la “memoria del sufrimiento”. ¿Tenemos que recordar que hay gente que está sufriendo?
¿Qué le gustaría que supusiera en el futuro La Nau?
Bueno, música y teatro de vanguardia se hacía años atrás. Nosotros hacemos una función que debería hacer la administración. Nos hemos concentrado en la cultura universitaria. Nuestro planteamiento es continuar con los temas relevantes de la sociedad valenciana de hoy. Como las nuevas tecnologías, apostamos por las vías digitales y así poder llegar a gente en cualquier parte del mundo. Vamos a poner en marcha un Observatorio Cultural. Haremos una encuesta entre el15 de noviembre y el 15 de diciembre a estudiantes y profesorado para ver como valoran las actividades culturales. Y también recibimos inputs de la gente que nos visita. El Observatorio pretende conocer qué público tenemos. Hemos trabajado mucho la conexión entre instituciones. Con la Academia Valenciana de la Lengua, con Amnistía Internacional, con el centro Mundial para la Alimentación Sostenible, sobre la calidad del medio ambiente, el Mediterráneo. En definitiva, que la programación esté ligada al tejido social.
¿Qué novedades se anuncian para esa temporada?
En primer lugar vamos a potenciar el propio edificio. Estamos trabajando en la construcción de una sala museográfica permanente sobre la historia de este entorno. Esperamos abrir sus puertas para el año próximo. Luego, nuestra idea es expandir el centro La Nau a toda la Universidad. Exposiciones que puedan circular por el campus. Vamos a iniciar la reforma de Lluís Vives para eso mismo, como otro centro de actividades. La Nau será el centro de referencia, pero la cultura se irradiará por el Campus. También tenemos el proyecto para los estudiantes, Colaboratoris, como un laboratorio en el que se definen temas y se trabaja con un dinamizador para profundizarlos. Se proponen soluciones. Fotografía social, comic, cine, serán algunos temas. También crearemos un pasaporte cultural. Una aplicación en la que el universitario dispondrá de itinerarios de música, cine, teatros, etc. Los actos y eventos a los que hayas acudido. Aparte de la carrera dispondrás de un pasaporte cultural que te reforzará el conocimiento del mundo.Y volviendo a las tres puertas de La Nau… Sí. Me gustaría tener una cuarta puerta en este edificio. Sería una metáfora del corazón. Las aurículas y ventrílocuos de la ciudad. Y así, aquí puede venir uno para hacer una siesta en un banco del claustro, aunque lo vea duro. Un lugar agradable, un remanso de paz