JAVIER BERGANZA: Jorge Silvestre, nacido en Valencia y formado en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valencia (ESAD) es, además de un gran actor, el próximo galardonado con el premio Un futur de cine. Cinemajove le brinda un premio a su talento y a su futuro en el audiovisual español e internacional. Desde la Cartelera Turia pudimos hablar con él para saber cómo se siente.

¿Qué significa para ti recibir un premio en tu ciudad natal?

 Estoy aún que no me lo creo. Además es que justo Cinemajove es un festival al que me siento muy unido. En 2018 presentamos Asamblea y siempre me han tratado fenomenal, es un festival al que le tengo mucha simpatía, es muy carismático. Todavía estoy sorprendido por el premio. Y muy agradecido, claro.

 Te formaste en la ESAD, ¿cómo fue esa experiencia?

Fue una locura. Yo siempre tuve interés por la interpretación. De pequeño jugaba a ser actor con mis amigos, recreábamos escenas, improvisábamos… Pero tampoco me lo planteaba como algo serio. De hecho me presenté en la ESAD casi sin saber lo que era, pensaba en que quería probar la interpretación como una inquietud personal, no creía que pudiera convertirlo en mi profesión. Entré el último en mi promoción ya que fui casi sin preparar las pruebas. Así que eso también es algo de lo que estoy agradecido. Fue un voto de confianza por parte del profesorado que vio en mi algo que podía brillar. En esta profesión es muy importante el voto de confianza, ver que la gente apuesta por ti y cree en tu trabajo.

 Formas parte del elenco de La ruta, serie que esperemos se estrene dentro de poco. ¿Cómo ves el crecimiento del audiovisual valenciano?

 Pues fíjate que tengo opiniones contrariadas. Es cierto que está creciendo, que están llegando producciones de fuera; pero no termino de sentir que el talento valenciano, tanto artístico como técnico, termine de brillar. Sobre todo en la producción propia, siento que las cosas aún están algo enquistadas y que los proyectos que se realizan no terminan de tener expectativas para salir fuera. Incluso por el resto de España. Todo parece que esté hecho para un círculo más pequeño, para quedarse en casa. En mi opinión deberíamos de intentar mirar un poco más hacía fuera y demostrar buen trabajo y el gran talento que hay en la Comunitat.

 ¿Algún consejo para esos y esas actores y actrices que tienen que marcharse a buscar suerte en Madrid o Barcelona?

 Lo poco que he aprendido hasta ahora es que cada uno intente ver sus necesidades y seguir su instinto. Lo de seguir corrientes no tiene demasiado sentido. Todo eso de: “Me voy a Madrid, a tal escuela porque tal actor o tal actriz lo hizo…” no tiene sentido. Cada persona tiene que identificar sus necesidades y tratar de entender sus capacidades para aprovecharlas. Es cierto que yo no soy muy de referentes ni de seguir corrientes. Quizá me equivoque. Pero no hay una fórmula que defina el camino correcto. O, al menos, la fórmula no siempre da el mismo resultado. Así que no le veo mucho sentido a todo eso de seguir los pasos de otros como si te llevase a algún sitio. Los representantes son clave, pero tampoco te puedes obcecar con ello. Quizá haces una peli y no te ve nadie, o haces una obra pequeña en un teatro de barrio y te descubre un cazatalentos. No hay una respuesta fija.

 Volvamos a Cinemajove, el premio se llama Un futur de cine, pero quisiera preguntarte por el pasado. ¿Qué pensaría de ti el Jorge de 10 años?

Pues es algo que tengo muy presente. Creo que estaría muy orgulloso de la valentía de un Jorge que se enfrenta a un rodaje, a un cambio tan grande como irse a Madrid sin saber si eso va a salir bien. A la responsabilidad de dar vida a un personaje. Creo que estaría muy contento de ver que estoy en el camino correcto. Después nadie sabe qué pasará, pero por ahora estoy seguro de que estaría orgulloso del camino que se ha recorrido.

 En julio se estrena Hollyblood. ¿Cómo ha sido la experiencia y cómo crees que va a ser recibida por el público?

 Pues es una peli jugosa. Es una película que no se toma demasiado en serio a si misma, que sabe que viene a jugar, que tiene mucho aroma a cine de otro tiempo. Todo está muy bien conseguido. No es una película que busca el humor al uso, solo porque sí. Busca más hacer un homenaje al cine. A mi me gusta definirla como si Carrie se riera de sí misma. Es como si la protagonista, al final, en lugar de hacer arder el instituto, se pusiera a encenderle cigarros a sus compañeros. Es una definición rara, pero creo que cercana a la sensación que me trasmitió, que es una peli que se parodia a si misma y que va a lo que va, hacer reír al espectador.

 Te quería preguntar también por una faceta muy importante en la carrera de un actor: elegir bien los proyectos. ¿Tú cómo eliges las películas o las series dónde trabajas? ¿Qué hace falta para convencerte?

 Estoy en un punto en el que pocas veces he dicho que no a un proyecto. A mi me encanta la interpretación y me gusta transitar personajes distintos. Casi todo lo que me pueda llegar y me guste, y me produzca una sensación de reto, de mejora, me interesa. Dentro de poco empiezo una serie diaria, que es algo que jamás he hecho. Un actor puede querer hacer teatro infantil y teatro musical y después cine… No me suelo cerrar a nada. También es verdad que, por el momento, solo he tenido una experiencia dónde he tenido que elegir entre dos proyectos, pero bueno, en ese caso la decisión era más o menos sencilla. Siempre que el papel me interese suelo decir que sí, independientemente del tamaño del proyecto.

 Tu carrera no ha hecho más que comenzar. Pero me gustaría saber si te has planteado el dar el cambio y ponerte detrás de las cámaras para dirigir algún proyecto.

 Pues me lo he planteado muchísimo. El otro día justo lo hablaba con un compañero. Creo que al final, cuando uno tiene la necesidad de contar historias, de expresarse, llega un punto dónde el director quisiera ser actor y el actor quisiera ser director. Hay espacios dónde uno se maneja mejor pero sí me interesa esa faceta de realizador. Yo suelo escribir, bastante mal por cierto, pero sí me gusta mucho escribir y contar historias. He fantaseado con ello y, si se dan las circunstancias sí me gustaría dar el salto. Ahora mismo estoy centrado en la actuación, que no es poco, pero se que llegará el momento dónde probaré a escribir y dirigir algo.

 ¿Que personaje de la historia del cine te hubiese gustado interpretar?

 Siempre me aturullo con este tipo de preguntas. Siempre te vienen flashes de grandes interpretaciones en grandísimas películas. Pero, siendo sincero, creo que me quedo con películas más pequeñas. Te diría dos: una sería Donny Darko, el personaje de Jake Gyllenhaal. es una película especial para mi y que me marcó mucho y me dio el empujón para convertirme en actor. La otra sería My own private Idaho, el personaje de Keanu Reeves.