REDACCIÓN: “No me interesa el cine como moraleja y conclusivo”
REDACCIÓN: Premiada como la “Mejor película” en los festivales internacionales de San Sebastián, Biarritz y Zurich, ‘Los reyes del mundo’se estrena esta semana en los cines españoles. Laura Mora es una de las directoras del nuevo cine colombiano que viene empujando con fuerza y calidad. “La película yo la empecé a escribir justo después del rodaje de mi primera película “Matar a Jesús”, donde había conocido a muchos chicos. Y en entrevistas con ellos todos sin excepción hablaban de la necesidad de tener un lugar en el mundo, como desde lo físico o desde lo metafísico. Y después del rodaje de Matar a Jesús me fui a hacer un viaje por el bajo Cauca, y ahí empecé a tener como unas imágenes de unos chicos que reclamaban una tierra… Es decir, mis preocupaciones por esa juventud tan desamparada se juntaron con una preocupación muy grande que yo he tenido toda la vida acerca del tema de tierras, que pienso que es como el punto neurálgico del conflicto armado en Colombia.
El arte no puede cambiar la realidad, pero puede dignificarla, ¿vale la pena insistir en ese camino?
A pesar del dolor que siento hoy, quiero insistir en eso y en la libertad que tiene todo artista para buscar la manera cómo contar o cómo transmitir esas emociones. Hay algo también muy bello que pasa en esos procesos y que creo que se ha desconocido en este ruido mediático, de inmediatamente decir que lo que les pasa a los actores es malo, que son procesos ‘extractivistas’ y un montón de conceptos que desconocen lo que viven los actores.
¿Cómo fue el caso con Los reyes del mundo?
Estos chicos se dieron cuenta que podían habitar el mundo de otras formas, que eran buenos trabajando, disciplinados, creativos, amorosos; construyeron otras relaciones, han tenido otras amistades y así como en las películas miramos la realidad a través de otro y eso nutre nuestra mirada, a estos chicos también les pasó eso. Han aprendido a mirar y mirarse de otra manera.
Después de décadas de retratar la realidad más cruda, ¿ha aprendido el cine colombiano a trabajar con actores naturales?
No vemos tanto el cine nuestro como para decir que la audiencia ha podido acceder a esa mirada más profunda de nuestro país. Todavía somos muy prejuiciosos con nuestro cine. De lo que sí estoy segura es que ese cine es de una potencia y de una complejidad narrativa como pocos cines tienen, y que en eso trasciende el registro netamente realista, y propone capas más complejas. Eso habla de una generación que se hace preguntas constantes sobre la imagen, sobre cómo alejarnos de una representación de la violencia que solo sea descarnada y cómo encontrar otras maneras de aproximarnos a la belleza.
¿Cómo ha sido recibida la película tras ganar en San Sebastián?
Es una película que el espectador se demora en digerir. Revuelca, es bella y es triste, quizás como la vida. Y cuesta ordenar esas emociones, esas palabras. Y a mí me interesa el cine que hace eso. A mí no me interesa el cine como moraleja y conclusivo, sino que me interesa un cine que el espectador activamente también tenga que ir a procesar qué le ha pasado viendo esa película y qué reflexiones tiene sobre el mundo que habitamos.