Cartelera Turia

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ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD, de Quentin Tarantino

Había mucha expectación desde que Tarantino presentó su nueva película en Cannes. Después de Malditos Bastardos y los Odiosos Ocho estaba por ver qué derroteros tomaba su siguiente película. Quentin Tarantino nos ofrece una historia sobre el cine, sobre el cine dentro del cine; una mirada cinéfila, y un afilado retrato del Hollywood de finales de los 60 donde el movimiento hippy y la contracultura estaban a punto de poner en jaque al sistema. El bueno de Quentin ha vuelto a hacer la película que le ha dado la gana. Va, viene, retrocede y avanza en el relato. Se detiene en la actriz Sharon Tate (maravillosa secuencia en el cine de m a t i n e e ) , nos cuenta anécdotas (con cierta mala leche) sobre Bruce Lee y nos muestra la cara perversa del movimiento hippy en la figura de Charles Manson y su “familia”.

Quentin rompe continuamente el relato y, a modo de pinceladas, va construyendo ese gran fresco personificado en la figura de un actor de westerns de serie B (Leonardo DiCaprio) y su doble (Brad Pitt). Ellos son la excusa para mostrarnos la trastienda de una industria bastante menos glamurosa de lo que  aparenta, llena de egos, inseguridades, drogas y alcohol, un sistema que te ensalza, te hunde y te olvida con la misma facilidad con que la fuerza de gravedad estrella un vaso de Bloody Mary . Tarantino no coge el camino fácil. No estamos ante una película m a i n s t r e a m , ni nada complaciente con el espectador precisamente porque rompe la linealidad del relato y se detiene donde quiere. Podríamos decir que hay muchas películas en una. Sin llegar a la complejidad de Vidas Cruzadas, de Robert Altman, Tarantino entrecruza y “picotea” en las vidas de varios personajes, algunas veces para inquietarnos, como la visita al rancho de la secta de Charles Manson, otras para burlarse como la secuencia del combate de Bruce Lee y otras para presentarnos a personajes como Sharon Tate que a los pocos días moriría asesinada junto a su bebé.

Tarantino despliega todo su amor hacia el cine de serie B, donde ha encontrado su inspiración. Las citas cinematográficas son interminables: Sergio Corbucci, el segundo mejor director de spaghetti western ( suponemos después de Sergio Leone), Romero Marchent y el poblado de Almería donde se rodaron buena parte de los spaghetti. Nos ofrece fragmentos de trailers, anuncios en 16mm, incluso ha trucado una secuencias de la Gran Evasión con la cara de Leonardo DiCaprio. Juega con el tono, la mayoría de veces serio y otras, especialmente en la recta final, con ese punzante (y violento) sentido del humor “tarantiniano” donde parece trazar su propia venganza personal ( lanzallamas incluido) contra los asesinos de Sharon  Tate. Toda la película está regada con una estupenda banda sonora que daría para otro artículo.

Personalmente creo que Érase una vez en Hollywood está por debajo de Malditos Bastardos o Los odiosos ocho. Pero si algo hay que darle las gracias a Tarantino es que siga haciendo el cine que le da la gana, con Harvey Weinstein y sin él. Cine, de alguien que ama el cine, para gente que le gusta el cine.

Historia del cine.

ÉRASE UNA VEZ EN HOLLYWOOD, de Quentin Tarantino

Marc Anthony en Valencia

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