PAU VERGARA: Cada cierto tiempo el género de terror se renueva. Aparecen nuevos autores o directores capaces de darle un nuevo acercamiento al género desde perspectivas poco exploradas y con amplias dosis de creatividad y atrevimiento. En los años 90 fueron Daniel Myrick y Eduardo Sánchez con The Blair Witch Project la que marcó una forma de “cinema verité” de terror-cámara en mano, cintas perdidas- que se convirtió en todo un fenómeno viral.Ya en los 2.000 fue otra cinta de bajo presupuesto dirigida por un creativo Oren Peli la que consiguió generar una gran inquietud en las salas de cine. Sin duda, la saga Paranormal Activity era una inteligente mezcla de atrevimiento, originalidad y cómo contar una historia de terror con muy pocos medios, mucho marketing y algo de morro. Tuvo hasta 6 secuelas e hizo a Peli multimillonario. Pero el cine de terror actual es imposible entenderlo sin James Wan, director, productor y guionista malasio nacido en Australia que ha conseguido darle un impulso al cine de terror rompiendo la taquilla con su universo de criaturas que salen del llamado Expediente Warren. Pero antes de conseguir ponerle un cuño personal a sus películas, Wan ya había hecho sus pinitos con su primer largometraje, Stygian, que recibió el premio al Mejor cine de Guerrilla en el Best Guerrilla Film at the Melbourne Underground Film Festival in 2000. Ese espíritu de películas de bajo presupuesto será una constante en todo su cine, incluso ya trabajando para el cine mainstream. Su segundo largometraje también de bajísimo presupuesto conseguiría catapultarlo hacia Hollywood. La sangrienta Saw consiguió ser un éxito nacional e internacional recaudando 103 millones de dólares. Hubo hasta 8 secuelas en la que Wan estuvo más o menos implicado creativamente. Pero su salto definitivo, su independencia creativa, llegó en 2010 con el lanzamiento de Insidious donde Wan trata de huir del cine gore y adentrarse a un terror más psicológico, a usar los tiempos y el suspense
Como los lectores se habrán dado cuenta Wan ya es una fábrica de creación fiel al bajo presupuesto y a una cierta artesanía en la producción. Más allá de sus aciertos o desaciertos, Wan ha dado muestras sobradas en estos últimos años para ser considerado una de los maestros del género de terror actual. Siempre vale la pena ir a ver sus películas y sentir esa sensación atávica del ser humano llamado miedo.