Podría hacer el chiste de que Josito está en su salsa cuando hace música. En su Salsa Guay, que es el nombre de la banda de sones caribeños que formó en 1984 y que lidera desde entonces. También podría hacer la gracia fácil de que Josito va a todos los conciertos por la patilla. Podría, pero eso no está ni a la altura de quien escribe ni de la del maestro José Genís.
José Ramón Genís Ibiza -Josito- es, ante todo y sobre todo, un músico en toda la extensión del término, pues es intérprete de tantos instrumentos que algunos no tienen ni nombre en el diccionario; es compositor, arreglista, productor, ingeniero de sonido con estudio propio, docente, director de orquesta, cantante y hasta recoge los bártulos cuando se tercia. Josito ha estado en todas las salsas -uy, perdón- de la movida valenciana desde los años 80 cuando formó parte de lo más granado y divertido de la música de entonces, como el añorado Combo Potombo o Stilo Gráfico, llegando incluso a colaborar con Castafiore Swing. De aquellos años son sus temazos “Noviembre”, “No me seas tan potrosa” o “Bis del Potombo”.
Sin embargo, su obra más duradera y personal es La Salsa Guay, una marca que ha acogido bajo su dirección los mejores músicos locales, nacionales e internacionales habiendo creado un sonido latino propio mediterráneo de gran calidad técnica, crisol de una genuina escuela valenciana, con éxitos que aún resuenan en el mismísimo Cali (“La Clave”).
Hoy, Josito abre las ventanas de su casa y deja entrar de nuevo el aire después de haber sufrido, como muchos músicos, los rigores del confinamiento que le ha obligado a pasar la mano por la pared tantas veces que ha tenido que volver a pintarla. Aprovechando tal circunstancia, le ha puesto todos los colores de la paleta, que son muchos, porque la salsa es luz y color, y, con fuerzas renovadas, se dirige a todos y cada uno de nosotros -como aquel Tío Sam reclutador- para llamarnos a la nueva movida que esta vez palpita con los ritmos caribeños que Josito estudia, conoce y ama porque es el aire que respira.
Hay salsa pá rato con Josito quien vive feliz en su paraíso caribeño de la Canyada, en Valencia, rodeado de naturaleza, ardillas, pájaros y algún bicho; pero también de instrumentos, músicos e incluso amigos.