Hemos llegado a la temporada donde todos los telediarios parecen preocuparse por cuidar de nuestra salud dándonos consejos para que nos hidratemos todo lo posible y que evitemos salir en las horas más calurosas. Sin embargo, no todo el mundo tiene el mismo concepto de hidratación: lo ideal es, obviamente, beber agua, pero a muchos eso les parece aburrido y de ahí el enorme consumo de cerveza, lo cual no es para nada lo más indicado para recuperar líquidos en nuestro organismo ya que el alcohol nos causa el efecto contrario (sería mejor tomarse una copa de vino blanco o de cava que tres cervezas). Tampoco los refrescos azucarados, como la famosa bebida de Atlanta, son la mejor solución, es más, pueden ser bastante perjudiciales para nuestra salud por varias razones. Una de las mejores opciones en cuanto a sabor, calidad y que además es saludable y natural, podría ser una de las bebidas más tradicionales de nuestra tierra y que cada turista que viene a visitarnos no puede dejar de probar: estoy hablando, por supuesto, de la horchata, u orxata en valenciá. Como sabéis se produce con agua, azúcar (sí, un poco es necesario) y chufa. Este pequeño tubérculo proviene de las raíces de la Juncia Avellanada, planta presente en los alrededores del municipio de Alboraya.
La chufa se conoce desde el origen de los tiempos, ya que se ha encontrado incluso en las tumbas de faraones para acompañarlos en el viaje hasta el más allá. La palabra horchata proviene del latín (hordeata) y significa “agua de cebada” seguramente porque en un principio se utilizaban cereales para su elaboración. En Valencia tenemos constancia de su existencia desde el siglo XIII y ha llegado hasta el punto de obtener su propia Denominación de Origen como Chufa de Valencia. De todos modos, no cualquier sitio ofrece una horchata natural y de calidad. Es una bebida muy delicada que necesita ser conservada a menos de 2°C y que hay que consumir muy fría, granizada o líquida, acompañada tal vez por unos fartons (¿quién se puede resistir?). ¿Dónde podemos ir para disfrutar de la mejor horchata? Por supuesto a su lugar de origen, en Alboraya. Uno de los locales más conocidos e históricos es Daniel (Av. l’Orxata, 41, también en el Mercado de Colón y en la C/San Vicente 7 en València). Con su magnífica terraza y amplio salón, desde 1960 es un sitio emblemático del “Reino de la Chufa”. Una parada obligada para quien viene a València, donde se pueden degustar (y comprar) todo tipo de productos a base de chufa, como el tiramisú de horchata, helados, turrones y galletas, bombones, merengues, tartaletas y bollería. Todo artesanal y, sobre todo, muy bueno. Otras horchaterías de Alboraya destacables son Toni (Carrer Colon, 11) que dispone también de una terraza en Port Saplaya delante de la playa, Panach (Av. L’Orxata, 19) con sus combinados (por ejemplo, su fantástica horchata con cebada granizada), Els Sariers (Carrer el Sarcet, 6, en el límite territorial entre València y Alboraya) que cultiva sus propios campos de chufa, Sequer lo Blanc (Camino Hondo 23-24) con su incomparable y bellísima terraza rodeada de campos de chufa, y L’Obrador de Bou (Av. Mare Nostrum 7 en la Patacona) con productos artesanales y ecológicos.
En València también hay horchaterías de nivel y me gustaría destacar un par de ellas: Fabian (Calle Ciscar, 5) un local tradicional de Cánovas con ambiente familiar. Fiel al estilo modernista del barrio, nos hace sentir a gusto en cuanto nos sentamos (¡en fallas no podéis perderos sus increíbles buñuelos de calabaza!) y otro sitio sin duda con gran encanto es Santa Catalina (Plaça de Santa Catalina, 6) con una ubicación inmejorable. Delante de la homónima iglesia y de la plaza de la Reina y su catedral, está decorada con cerámica de Manises pintada con escenas temáticas rurales y de la recogida de la chufa. Un verdadero templo de la horchata, parada obligatoria para el transeúnte acalorado que esté disfrutando de un paseo por el centro histórico y que quiera refrescarse de manera sana y gustosa. Asimismo, están regresando a la ciudad los carritos Món Orxata, para quien de repente sienta una irrefrenable necesidad de tomarse un vaso de esta deliciosa bebida sin recurrir a productos industriales de supermercado que poco tienen que ver con la original. En conclusión, si tenemos sed con este gran calor podemos evitar los refrescos azucarados o la cerveza de siempre tomándonos una buenísima horchata, haremos un favor a nuestra salud, a nuestra tierra y también al medio ambiente (¡ojo! con pajita reciclable).