ANDREA GABRIELLI: “ E pur si muove! ” dijo (presumiblemente) Galileo Galilei al tribunal de la inquisición en su vano intento de demonstrar sus teorías sobre el heliocentrismo en 1633. Han pasado casi cuatro siglos, pero seguimos oyendo hablar de terraplanismo, movimientos antivacunas y otras ideas no menos absurdas; parece que la sociedad no consiga liberarse intelectualmente, ya que sigue cayendo en la maléfica tentación de creer en las tonterías más ridículas con tal de evitar esforzarse en pensar con su propia cabeza y dejar que lo haga alguien más por él. Lo que está ocurriendo con el Positive Thinking , Steve Bannon y sus reflejos grotescos en las ultraderechas del mundo es cuanto menos sintomático. Digo esto porque parece que seguimos sin entender que, si queremos salir también de esta lo más íntegros posibles, hemos de ser más cooperativos, solidarios y civilizados. No podemos pensar que ahora que tenemos parte de las terrazas abiertas en bares y restaurantes estamos autorizados a comportarnos como nos dé la gana. Además, los errores de hoy se podrían pagar muy caros mañana. En efecto, los primeros días de apertura han sido un poco frenéticos, por utilizar un eufemismo. No cabía un alfiler en ninguna terraza de València (algo muy positivo) pero las medidas de seguridad que tanto nos recomendó el mesurado y cauto Dr.
Simón nos las pasamos por alto alegremente. No me refiero solo a la mascarilla, que hay quien la lleva a modo de pendiente y quien como quirúrgico protector del mentón, sino sobre todo a la distancia de seguridad. Mesas de cuatro personas con siete u ocho clientes a escasa distancia de la mesa vecina. Esto no puede ser así a menos que no queramos volver atrás. Está claro que si observamos a ciertos individuos amontonados y casi unos encima de otros para protestar contra el gobierno (todavía sigo sin entender contra qué concretamente) y sin que, en ocasiones, las fuerzas del orden muevan un dedo, desde luego no podremos sorprendernos de lo que esta actitud tan superficial e irresponsable conlleve. El colmo es que, después de anunciar oficialmente el permiso a bares y restaurantes para ampliar el espacio de la terraza, en un tentativo de ayudarles a limitar los daños, la policía (afortunadamente en pocas ocasiones) ha incluso castigado a algunos que únicamente sobrepasaban unos centímetros fuera de su espacio concedido. Es un momento de gran incertidumbre y preocupación y no necesitamos echar más leña al fuego. La terraza es un paracaídas fundamental para que se reactive el ejercicio de muchos de nuestros hosteleros y para que recuperen algo del dinero perdido en los últimos dos meses, además de permitir la vuelta al trabajo de mucha gente cuyo sustento depende de ello. Por lo tanto, nosotros clientes intentemos ser más responsables, respetando la salud nuestra y de los demás y por su parte, las fuerzas de seguridad haciendo que se cumplan las normas con la sensibilidad necesaria para que esto no se convierta en un infierno. Hay terrazas maravillosas, bien posicionadas para evitar
contactos innecesarios, y el tiempo está de nuestra parte con unos días realmente invitantes a salir y a disfrutar de estos espacios. Todavía tardaremos algo de tiempo antes de poder también volver a ocupar las mesas interiores de nuestros restaurantes favoritos como hacíamos antes, pero tenemos que aprovechar la clemencia del clima y los espacios exteriores. Incluso restaurantes exclusivamente “ indoor ” como el gran Ricard Camarena (2 estrellas Michelin) ha instalado una terraza en el patio del Centro Cultural Bombas Gens, y se ha organizado para poder ofrecer su servicio. Iniciativas así nos alegran el corazón y nos hacen entender que las ganas de trabajar, la creatividad, y el saber adaptarse, se abren paso en este túnel y nos hacen ser optimistas sobre lo que encontraremos al salir de él. Me hubiera gustado recopilar un listado de los restaurantes que han reanudado su actividad, pero es bastante complicado en este momento lleno de tanta duda y donde hay todavía continuos cambios. De todas formas, por si os resulta de interés, mi primera salida fue a Le Cinque Lune(C/ Ciscar 23) de Fabio yCristina, donde disfruté inmensa e intensamente de una magnifica pizza funghi e prosciutto al estilo romano (sutil y crujiente) y de una botella de un vino blanco siciliano. Así que, queridas amigas y queridos amigos, las terrazas son ahora la clave para que la hostelería vuelva a levantar cabeza y de paso ir recuperando nuestro ánimo tras este duro confinamiento. Parafraseando (y readaptando, me perdonaréis) el célebre, a m o r o m n ia v i n ci t (el amor gana cualquier cosa), ahora diría ¡terraza omnia vincit!