COCOLISO: Muchos ciudadanos aún no se han recuperado de la maratoniana sesión electoral del pasado domingo. En muchas casas se agotaron los tranquimazines, valiums y la noche requirió el uso y abuso de tilas, valerianas y hierbas varias. Hasta que bien entrados en la madrugada no pudimos tener claro si se reeditaba el Pacte del Botànic.
MÁS DE UNO se lió un canuto y brindó con cava (de la terreta) debidamente comprado en Mercadona para la ocasión. La euforia se desató cuando Compromís le arrancó un escaño al PP que ratificaba el resultado final.
LA PASIÓN IBA POR PARROQUIAS.Los más ruidosos fueron los del PSPV que coparon la plaza de Tapinería.Y es que los socialistas tienen motivos para estar contentos. El primero, porque era la primera vez desde 1989 que volvían a ser los más votados en unas elecciones generales. El segundo por los magníficos resultados obtenidos en la Comunitat Valenciana (tan buenos que casi no se reedita el Botànic) donde han sido la fuerza más votada en las tres provincias, y el tercero porque Ximo Puig podría revalidad la presidencia de la Generalitat. Una noche absolutamente redonda para este partido.
CONTENTOS, pero más tristones, aparecían en Compromís que sentían una cierta decepción por haber perdido 2 diputados y haber sido “sorpasados” por Ciudadanos. En Unides Podem, la pérdida de diputados (cinco) se sentía como una victoria. Las caras de Rosa Pérez Garijo y Ruben Martínez Dalmau eran más de alegría que de decepción. Como se dice coloquialmente habían “salvado los muebles”.
EN LA CASA DE CIUDADANOS,Toni Cantó seguía interpretando ese papel de azote del catalanismo (nunca fue buen actor y se le nota) y en casa del PP, Isabel Bonig se ratificaba como el principal partido de la oposición, a pesar de haber perdido (¡ojo al dato!) la mitad de su representación parlamentaria.
LO SUCEDIDO tiene múltiples lecturas. La más evidente es que el PSPV ha recogido buena parte del voto del miedo, incluso llega a recoger restos de votantes de Compromís y Unides Podem. Su importante subida del ha compensado la bajada del partido morado y de Compromís.
LA DUDA es qué habría pasado si no se hubieran adelantado las elecciones. Nadie lo sabe, pero algún miembro de Unides Podem llegó a decir que de celebrarse las elecciones en mayo, el partido hubiera sufrido un desgaste aún mayor, lo que hubiera hecho imposible la reedición del Botànic. De ahí las caras de satisfacción en la sede morada. Conclusión: virgencita que me quede como estoy, que no es poco. Los creyentes, velita a la virgen y los ateos y agnósticos, 10 vivas a la Diosa de la Razón buena parte de los medios como José Félix Tezanos, presidente del CIS. Su encuesta fue la que más se acercó a los resultados electorales. Al PP le daba entre 66 y 76 diputados y parecía una catástrofe. El problema es que nadie se cree (aún a fecha de hoy) estos resultados. Como diría la difunta “doña”, “Qué ostia, qué ostia”.
COMIENZA LA BATALLA DE VALENCIA: Extrapolando estos resultados a la ciudad de València, el Govern de la Nau, caería derrotado por la unión entre PP+CIUDADANOS+VOX. Tan solo un concejal separan la derrota, de la gloria. El PSPV estaría a 8.000 votos de conseguir un concejal más, Compromís a 3.000-3.500 votos más y Unides Podem, 5.000 votos. Por tanto, un escenario muy abierto, en lo que algunos ya han denominado “la nueva Batalla de València”.
PABLO CASADO, está aprovechando estos días para leer el Manual de Resistencia, de Pedro Sánchez. Dicen que le pasa las páginas Cayetana Álvarez de Toledo ( sí hasta el final) y Javier Maroto que va a tener mucho tiempo libre a partir de ahora al quedarse sin su escaño por Álava. Todos ellos en casa de Bertín Osborne y con Paco Marhuenda de plumilla para la contracrónica. El servicio de vigilancia a cargo del comisario Villarejo y las cloacas de la finca a cargo de Ignacio Cosidó.
A FRANCO le queda poco para salir del Valle de los Caídos. El 10 de junio puede ser histórico. Seguro que García Ferreras ya está preparando un programa especial de 20 horas.
EL PP, otra empresa que se va de Cataluña.