Cartelera Turia

HUEVO DE COLÓN: TANQUETAS Y FESTIVALES

EL EMPLEO los datos de afiliación a la seguridad social, de ahorro y consumo de las familias indican una clara recuperación económica tras los aciagos años de la pandemia. Pero esa realidad es compatible con una serie de fenómenos de conflictividad social, que ya estaban antes de la pandemia y que parecen haberse agudizado.

LOS PRECIOS de la cesta de la compra han subido. Y sin embargo, agricultores y ganaderos están trabajando por debajo del precio de coste. Es decir, están perdiendo dinero. El aumento del precio de la energía también está lastrando la recuperación en sectores como el transporte o la industria cerámica. Todo ello va a generar una gran conflictividad social en los próximos meses. Y ya se sabe que a río revuelto ganancia de la ultraderecha.

HA SIDO MUY desafortunado el uso de una tanqueta de la Policía en las protestas de la huelga general en Cádiz. Habitualmente estos vehículos se usan para proteger embajadas o para casos extremos de violencia. Cabe recordar que ni en los disturbios más graves del 1 de octubre se sacaron estos vehículos en las calles de Cataluña. Tras la polémica parece que ha vuelto a la cochera hasta nueva orden. La decisión del Subdelegado del Gobierno en Andalucía y la autorización por parte del Ministerio del Interior, merece una absoluta reprobación. Y presencia asegurada en las Chirigotas de Cádiz.

EL MUNDO se encuentra en un momento de transición. Transición energética, transición económica y una revisión del modelo de globalización que ha originado muchos perdedores. El gobierno deberá tener en cuenta a estos colectivos, como los del metal de Cádiz, y evitar una salida traumática inmediata. Y quizá retomar una reindustrialización en determinados sectores que ayude a evitar el desabastecimiento en futuras crisis pandémicas o de otro tipo.

¿SOMOS los únicos que comenzamos a estar un poco saturados del año Berlanga? El maestro valenciano merecía su homenaje y reconocimiento pero es difícil procesar tanta proyección, libro, exposición y sucesión de actos y eventos. Si el   propio Berlanga viviera nos enviaría a todos a la mierda.

ALGÚN día debería hacerse  un debate profundo y racional sobre el impacto cultural y de proyección de ciudad de los principales festivales y eventos cinematográficos de Valencia. Basta salir a darse una vuelta por el resto de España para darse cuenta que no hay un solo festival valenciano de referencia. Solo Andalucía ha conseguido posicionar Málaga, Sevilla y Huelva, cada uno con una especialización, en el panorama nacional e internacional. Por no citar la clásica y seria SEMINCI, Sitges o las nuevas irrupciones como el Atlántida Film Fest de Baleares. Y en Valencia la culpa siempre es ajena: del público, del presupuesto o de los medios que no prestamos suficiente atención. No sabemos dónde se destina el dinero público. Debe ser en sueldos y viajes porque en cine y en proyección de ciudad, ni un gramo.

ESTE AÑO los Premios Berlanga han tenido, una vez más, una interesante cosecha de obras cinematográficas con películas como Lucas, de Álex Montoya, Las consecuencias, de Claudia Pinto  o Espítu Sagrado, de Chema García Ibarra. Sin embargo tenemos un gran talón de Aquiles en la proyección y promoción de nuestro cine. En el II Encontre Audiovisual Els Camins de la Ficció pudimos escuchar las circunstancias reales en las que trabajan las producciones nominadas a mejor película. Una labor casi artesanal de mucha gente con talento que busca romper esos techos demasiado altos y fuertes para llevar el audiovisual hecho en Valencia a otra dimensión.

LLEVAMOS unas semanas de auténtica locura de  estrenos cinematográficos. Cada semana se estrenan de diez a quince películas. Es imposible asistir a todo. Hay que destacar algunas maravillosas películas que vale la pena no perderse. Libertad, de Clara Roquet, Spencer de Pablo Larraín, Última noche en el Soho, de Edgar Wright ,El Vientre del Mar, de Agustí Villaronga o el mejor estreno español del año, Waydown, de Jaume Balagueró. Una prueba de que el cine no para y es mucho mejor si se ve en pantalla grande. Aprovechad para ir al cine por salud mental.  De nada

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