DE TODAS las medidas posibles para inaugurar la legislatura, el Partido Popular de la República Independiente de Madrid ha decidido aprobar con el apoyo de los ultras de Vox la reforma de la ley que regula Telemadrid. Lo primero es lo primero.
CABE recordar que tras años de desprestigio y de convertirse en el órgano de propaganda de Esperanza Aguirre, la presidenta Cristina Cifuentes decidió dar un cambio de rumbo y dignificar Telemadrid con una gestión despolitizada, seria y rigurosa. Los resultados fueron muy positivos. Pero claro, eso no gusta a las almas totalitarias del PP que quieren órganos de propaganda y no de información. Solo un ejemplo de lo que harían aquí si llegaran al poder.
NO SERÍA DE EXTRAÑAR que dentro de nada tuviéramos una parrilla con programas presentados por Alvise Pérez, Informativos con Maria Claver y Javier Negre, Actualidad con Cristina Seguí, Telenoticias 2 con Eduardo Inda e Isabel San Sebastián y cierre con una plural tertulia con Paco Marhuenda, Carlos Herrera, German Tertsh y Federico Jiménez Losantos. Aixó es real.
ESTA CONCEPCIÓN de los medios públicos ya lo vivimos con la llegada de María Dolores de Cospedal a la Presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. De pregonar el cierre de La Mancha TV pasó a poner al frente de la misma al periodista mamporrero Ignacio Villa. La televisión pronto se convirtió en una fuente de escándalos donde los abucheos a Cospedal en una plaza de toros se transformaban en aplausos, líos con sueldos exorbitantes pagados a la amiga de Ignacio Villa como corresponsal en Hong Kong y la condena a la directora de Informativos, Victoria Vigón, a pagar una indemnización a una trabajadora por acoso laboral.
MIENTRAS el PP toma a la fuerza Telemadrid, la campaña mediática contra TVE es una constante. La palma se la lleva el programa de Jesús Cintora, Las cosas claras, un claro ejemplo de periodismo crítico, plural y atrevido para un medio público, y con una audiencia que ha superado en varias ocasiones al Rojo vivo, de Antonio García Ferreras. Parece que tiene los días contados.
TAMPOCO se va a quedar corta la propuesta de reforma de la ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación; y la de protección Integral contra la LGTBIfobia, pactada con Vox y sus políticas anti gay. En la práctica van a derribar todas las leyes aprobadas con un gran consenso entre todas las fuerzas políticas. Justo cuando Europa condena la aprobación de leyes discriminatorias en la Hungría de ViktorOrban
DÍAZ AYUSO se sube al carro de esta onda ultrareaccionaria con el silencio cómplice de muchos periodistas. Alguien dirá: los madrileños la votaron. Ahora tendrán que “botarlos”.
DECÍA el politólogo y comentarista Nacho Corredor que “a Suárez le llamaron traidor por legalizar el PCE. A Zapatero traidor por dialogar con ETA y a Sánchez le llaman traidor por aprobar los indultos. La democracia española se ha consolidado al grito de traidor. Así llevamos 40 años de éxito”
VALE la pena leer el artículo de nuestro colaborador Ximo Cádiz, veterano del movimiento LGTBI.El sectarismo es una mala receta venga de donde venga.
PARECE que finalmente el pragmatismo se ha impuesto en el Gobierno respecto a la ley de Identidad de Género. Pedro Sánchez ha desplazado a la vicepresidenta, Carmen Calvo, para resolver un asunto que estaba a punto de estallarle al PSOE en las manos. La nueva ley prevé más derechos sin afectar a los derechos de otros colectivos, incluido el de mujeres. El verdadero enemigo no son los colectivos feministas, ni las asociaciones LGTBI. El enemigo es la ultraderecha. Vienen tiempos duros y necesitarán unir todas las fuerzas para no retroceder a los tiempos de una España en blanco y negro.