CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA: Juan Rodríguez Cervilla (Granada, 1969) es J, vocalista y letrista de Los Planetas, integrante también de otros proyectos como Grupo de Expertos Solynieve y Fuerza Nueva, quien a principios del pasado año estrenó en directo en el cine Doré de Madrid, sede de la Filmoteca Española, la música que por encargo de esta compuso para ilustrar los cortometrajes y las grabaciones, hasta entonces inéditas, del cineasta Iván Zulueta (1943-2009), casi todas anteriores a su emblemática Arrebato (1979) y extraídas de su archivo personal. El resultado discográfico fue Plena Pausa (2023), uno de los mejores discos de pop españoles del pasado ejercicio. El 19 de mayo y dentro del festival Deleste, estarán presentes en Valencia para recuperar los temas del debut de la banda granadina por su treinta aniversario, aquel Súper 8 (1994) cuyo título coincide, curiosamente, con el formato granulado y vintage que Zulueta empleó para estas películas.
Este fue un encargo de la Filmoteca Española: ¿por qué pensaron en ti?
Josetxo (Cerdán), el director de la Filmoteca en ese momento, pensó que era interesante que pusiera música a esas películas que se habían encontrado.
¿Qué te sugirió ese material de cinco horas?
Fue muy emocionante. Son películas míticas, las que ven los actores de Arrebato (1979) durante la película. Son como una coda de la historia de la película y del propio Iván Zulueta. Estaban perdidas desde hace mucho tiempo, y te hacen sentirte en la misma situación que los protagonistas de Arrebato, absorbido por ellas.
Así como el cine de Zulueta, en líneas generales, puede no se muy amable para el gran público, el disco que has hecho sí es lo más pop que has facturado en muchos años, en comparación con discos anteriores de Los Planetas.
El cine de Zulueta tiene muchas facetas, y tiene una parte muy pop, en el sentido de arte pop, viene muy del rock underground, neoyorquino, bebe mucho de esa influencia, y de hecho su primera película, Un, dos, tres… al escondite inglés (1969), básicamente son canciones de pop, como videoclips de canciones entrelazados por una trama, tampoco especialmente elaborada, pero el objeto principal son canciones de pop. Me aproximé a esa etapa, ya que las películas en las que se basa el disco van desde entonces hasta que deja de hacer películas, comprenden mucho tiempo, desde la parte más o menos experimental, que sería la previa a Arrebato (1979), que ya tiene una cierta estructura. Algunos de sus cortos anteriores son muy experimentales, pero también tiene una época muy pop, la del programa que hacía en televisión, y esa parte me interesaba más, porque las películas duraban tres o cuatro minutos y parecían videoclips ya hechos, y me daba mucho pie a hacer canciones que reforzaran esa idea.
Con la particularidad de que compones letras inspirándote en ellas, a diferencia de lo que se suele hacer en la mayoría de bandas sonoras, que es componer estrictos instrumentales. ¿Te ha resultado más fácil o más difícil que cuando compones para Los Planetas?
Ha sido muy fácil, porque una vez que estás metido en lo que quieres contar, una historia biográfica de Iván Zulueta, en el sentido de que todas estas historias son muy biográficas, incluso Arrebato (1979), te metes en el personaje y escribes desde su punto de vista, surge todo de forma muy sencilla porque las emociones las transmiten las películas. Va unido también a mi experiencia personal y a las cosas que tenemos en común artísticamente, por la escuela de la que venimos los dos, en cierta manera, que es de lo popular underground.
¿Cuáles crees que son los rasgos que compartís?
Tanto Zulueta como nosotros creo que venimos de una contracultura, que viene de The Velvet Underground, Lou Reed, del cine experimental de Nueva York en los años sesenta, donde Iván Zulueta estudió diseño e ilustración, en los años 1964 y 1965, que es cuando coincide con toda esta explosión de la Factory de Andy Warhol, y creo que eso le marcó mucho. A mí también, aunque yo no estuve allí (risas), pero es la corriente de donde vienen Los Planetas y muchos otros artistas del primer indie español.
¿Os ha resultado fácil llevar el disco al directo?
Son imágenes muy poderosas, que te absorben y te van guiando, y la forma en la que lo hacemos es muy orgánica, vamos siguiendo el ritmo de las canciones sin metrónomo, excepto en un par de ellas, y es una forma diferente de hacer música, sin estar pendiente del público, solo de las imágenes.
Muchas de esas imágenes están rodadas en Súper 8. ¿Qué significado crees que tiene ese formato en unos tiempos como estos, en los que todo lo que no sea digital parece como si no existiera? ¿Hay una reivindicación de una artesanía muy particular?
Sí, es la reivindicación de la cultura del “hazlo tú mismo”, de las películas caseras, de la música casera, de la música hecha con pocos medios técnicos pero intentando introducir cosas nuevas, apoyándose en la seguridad que te da el hacerlo en casa, sin ninguna presión externa y de forma totalmente independiente. Creo que esa es la idea que promovía Iván Zulueta.
El 19 de mayo vuelves a la ciudad con Los Planetas recuperando un disco que se llama precisamente Súper 8 (1994), por su treinta aniversario en los Jardines de Viveros, dentro del festival Deleste. ¿Cómo llevas la combinación de ambos proyectos sobre los escenarios?
En realidad llevo desde enero del año pasado con Plena Pausa (2023), cuando lo estrené en el cine Doré de Madrid, y fuimos a muchos festivales de cine antes de que saliera el disco publicado, sin apenas hacer conciertos de Los Planetas, tan solo un par de ellos, creo, alguno con banda y algún otro con el pianista David Montañés, y este va a ser el último que tengo previsto de Plena Pausa (2023). Estamos preparando y ensayando el repertorio para el treinta aniversario de Súper 8 (1994) y ahora es cuando empiezo a compatibilizar un poco ambas cosas. Vamos a ver… ahora me pongo de nuevo a preparar el concierto sobre Zulueta para València, pero ya te digo que es muy sencillo, es música muy intuitiva y muy primitiva, en cierta manera, se hace muy fácil, y lo de Súper 8 (1994) es más complicado porque alberga muchas canciones antiguas, y hay que recuperar el espíritu que tienen, pero darles sentido ahora.
Es un disco que grabasteis cuando erais treinta años más jóvenes, y que por dinámica, vivacidad y tempo se aleja de la que ha marcado los conciertos de vuestros últimos quince o veinte años, aunque no hayáis dejado de tocar algunas de sus canciones en directo. ¿Admiten cambios esas canciones?
Estamos siguiendo las referencias de las grabaciones originales en los ensayos, en general, pero ya en esas grabaciones originales había mucho espacio para la improvisación. Hay muchas cosas improvisadas, que son fruto del momento, de lo que pasa… las canciones no son las mismas, han ido evolucionando con el tiempo, muchas las hemos estado tocado en conciertos de Los Planetas, aunque intentamos mantenerlas fieles al espíritu con el que fueron grabadas entonces. Pero ya te digo que en ese espíritu ya eran mutantes, son canciones que van cambiando de forma, cada momento es diferente.