NEL DIAGO: La compañía Crit Teatre nos ha sorprendido con una comedia satírica de tintes políticos que viene muy bien en este año de elecciones locales y municipales. No es, sin embargo, todo hay que decirlo, una obra partidista que se decante por determinada formación ni, tampoco, una pieza descalificadora que lamine la justa y necesaria actividad política con el falaz y siempre peligroso mantra de “todos los políticos son iguales”; más bien todo lo contrario, lo que propone el divertido y sagaz texto de Tormo es una mirada distanciada, pero a le vez próxima, de tres especímenes concretos, tres alcaldes de diferentes tendencias y, al tiempo, y esa es la mejor virtud de la obra, tres seres humanos cercanos, con sus virtudes y sus defectos, sus carencias y sus virtudes, sus afectos y sus aspiraciones; en fin, tres representantes públicos que ante un acontecimiento inexplicable y terrorífico (un gran agujero que todo lo engulle) determinan sumar fuerzas y buscar soluciones comunes, de ahí lo de “Corporació”, aunque en este caso lo más exacto hubiera sido el término ”Mancomunitat”, por lo que emprenden un viaje en tren y avión al corazón de la Comunidad Europea a fin de recabar las ayudas necesarias para combatir el monstruoso fenómeno que les atañe por igual a los tres munícipes. Todo ello da pie a una serie de escenas divertidas, emotivas o críticas, según el momento y circunstancias, perfectamente reconocibles y plausibles para el público, que no deja de estar conformado por posibles electores: desde las ruedas de prensa a la recepción de alto vuelo en Bruselas, escenas revestidas y salpicadas de mucho y buen humor y que los tres actores, Josep Valero, Panchi Vivó y el propio autor desarrollan con gran perspicacia y buen oficio, doblando personajes (alcaldes, periodistas). Ahora bien hay un cuarto intérprete en este juego, una actriz, Anna Marí, que también encarna más de un personaje, pero que también funciona a modo de oficiante, de conductora de la ceremonia; cierto es que esto podría deberse a la voluntad de mostrar el papel secundario que por lo general todavía hoy desempeña la mujer en el ámbito político, pero no debemos olvidar que, en este caso, en gran medida el éxito de la función a ella se debe, pues Anna Marí ha dirigido la representación y lo ha hecho con singular maestría, logrando que la minimalista escenografía diseñada por Los Reyes del Mambo (algunas sillas, una banderolas…), junto al ajustado vestuario de Tonuca Belloch, arropen a los actores y les den vida y movilidad (importante la labor de María José Soler en este sentido). En definitiva, un montaje brillante y oportuno que no estaría nada mal que se viera en cuantos más municipios de nuestra geografía, mejor.