Cartelera Turia

LA VIDA ESTÁ BIEN SI LEES TEBEOS: Abrazar los perretes, abrazar el campo

ÁLEX SERRANO: ¿Qué pasa cuando se incorpora un miembro canino a nuestro libro de familia?¿Cómo le puede cambiar la vida a alguien empezar a vivir con un animal que, pronto se convertirá en mucho más que una mascota? No son pocos los cómics centrados en perros, gatos y demás, a lo largo de décadas de historieta. Sin embargo, los últimos meses están siendo prolijos en obras de gran interés que planten un acercamiento emocional de gran calado. Así, el camino que abrió de manera póstuma Miguel Gallardo junto a Karin du Croo en “El gran libro de los perros” (Astiberri, 2022), cómic en el que detallaba el cambio vital que le supuso adoptar a su perrita Cala, resuena en otros trabajos internacionales que nos han llegado recientemente.

En “Perros” (Penguin, 2024), la coreana Keum Suk Gendry-Kim huye del tono sociopolítico de sus obras anteriores, “Hierba” y “La espera” para adentrarse en un terreno mucho más personal. “Perros” es un bello retrato íntimo de la evolución de una pareja sin hijos conforme su vida se va llenando de compañía canina. La autora, de paso, aprovecha para retratar el lento cambio de las costumbres y actitudes con respecto a los perros en su país, que recientemente aprobó la prohibición del consumo de carne de perro, que será sancionable a partir de 2027. La belleza del dibujo de Keum Suk Gendry-Kim brilla en un trabajo bucólico que derrocha disfrute y cariño, dejando claro que las enormes diferencias culturales que nos separan de Corea del Sur se difuminan hasta desaparecer en los temas verdaderamente importantes.

   

Más cerca geográficamente, al tiempo que espiritualmente está François Schuiten con su “Jim” (Libros del Zorro Rojo, 2024), precioso homenaje a su compañero perruno, al cual se dedicó a dibujar de manera diaria tras su pérdida. El autor de “Las ciudades oscuras” exorciza la pérdida del ser querido a través de un libro ilustrado en precioso blanco y negro que trasciende con creces el ejercicio de estilo caprichoso para constituirse como uno de sus trabajos más personales y directos.

Para terminar, “El oasis” (Errata Naturae, 2024) no es solo un cómic notablemente didáctico sobre cómo el dibujante Simon Hureau se mudan a una casa en el entorno rural francés y se empeñan en que el abandonado jardín que incluye se convierta en un espacio biodiverso. Es también un trabajo enormemente reflexivo sobre la cantidad de información disponible que puede permitir llevar vidas más sostenibles y aportar un pequeño granito de arena que lleve a una convivencia más respetuosa. “El oasis es una lectura” adictiva y deliciosa que anima a replantearse muchas cosas que damos por hechas y uno de esos gozosos ejemplos de buen cómic que sirve, además, para otros propósitos, y lo hace de manera ejemplar.

Sin moralinas y sin tópicos, estas obras, guiadas por la sensibilidad tan delicada como diversa de sus autores, abre la puerta a una mirada diferente a los cómics en primera persona, poniendo el foco, esta vez en el entorno en el que vivimos y en quienes nos acompañan.

LA VIDA ESTÁ BIEN SI LEES TEBEOS: Abrazar los perretes, abrazar el campo

EL BOLERO DE MANEL

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