ÁLEX SERRANO: Cuando aún está reciente el impacto de “Hierba” (Reservoir) con su relato a partir de testimonios reales de esclavitud sexual a la que se vieron sometidas miles de mujeres coreanas por parte del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial, Keum Suk Gendry-Kim vuelve con una un nuevo retrato histórico ficcionado, el de las familias separadas a causa de la guerra civil y posterior división de Corea en dos mitades enfrentadas, en un conflicto que llega hasta nuestros días.
“La espera” (Reservoir) toma como punto de partida las experiencias de la madre de la autora entremezcladas con testimonios de otras personas que pudieron reencontrarse con hermanos o cónyuges que vieron sus destinos separados para siempre por una frontera y, en el mejor de los casos, pudieron volver a encontrarse una última vez décadas después. La autora vuelve a trazar un desolador relato de las penosas condiciones de subsistencia en la Corea rural durante la ocupación japonesa y el posterior conflicto fratricida a partir del relato en primera persona de una mujer a lo largo de las diferentes épocas de su vida. Keum Suk Gendry-Kim es especialmente directa a la hora de reflejar la tradición de sometimiento y sumisión al que eran sometidas hijas y esposas de manera sistemática y el empeoramiento de su realidad ante la amenaza de los invasores japoneses. Como ya hiciera en “Hierba”, la autora demuestra una capacidad portentosa, solo al alcance de grandes nombres como Art Spiegelman (“Maus”) o Marjane Satrapi (“Persépolis”) para que el relato íntimo y el contexto histórico caminen hombro con hombro, de manera armónica y acompasada.
La autora coreana sale exitosa en un exigente ejercicio en el que vuelva sus propias vivencias, las de su familia y las de dos países en una historia que se mueve con fluidez a través de varias décadas y en el que la construcción de personajes cuenta con la rara virtud de que estos se construyan tanto a partir de sus diálogos como de sus silencios. Keum Suk Gendry-Kim dota a su dibujo de sólido blanco y negro de un extraño lirismo cuya delicadeza consigue sobrevivir a lo terrible del escenario y de casi todo lo que acaece en él. Todo en “La espera” funciona sin estridencia, tanto la emotividad comedida y ausente de efectismos como la contención y serenidad a la hora de afrontar los pasajes más crudos de la historia.
“La espera” es tanto un completo recuento de una tragedia histórica acaecida en Corea cuyos ecos y consecuencias resuenan en otros países marcados por la guerra y los conflictos domésticos como una sentida mirada a las dificultades de comunicación entre generaciones y a los silencios, secretos y heridas que habitan en el corazón de las familias. Keum Suk Gendry-Kim consigue encajar todas las piezas de una obra poliédrica y equilibrada que consolida a la autora coreana como una de las voces imprescindibles de la historieta mundial. Las primeras semanas de 2023 nos traen ya uno de los cómics destinados a dejar huella a lo largo del año.