ECC comics publica estos días el tomo recopilatorio con doce entregas de Lois Lane, enemiga del pueblo, una serie que ha despertado interés y algo de emoción al habitualmente aletargado universo de Superman.
La problemática del Hombre de Acero es casi perenne: encontrar desafíos e historias que aporten un poco de interés y nervio a un personaje todopoderoso por definición y condena no es fácil, y menos con ocho décadas a sus espaldas. Así, salvo rachas de inspiración aisladas, es casi una convención que el superhéroe por antonomasia vea cómo otros justicieros en uniforme más imperfectos y, por ello, más estimulantes, son protagonistas de historias de mayor calado. Conscientes o no de esta problemática, los guionistas de los cómics de Superman han tenido a bien poblar la vida del último hijo de Krypton de personajes secundarios que, a lo largo de los años han ido calando entre los lectores y cobrando protagonismo. Jimmy Olsen, el amiguete fotógrafo, estrenó serie propia a principios de la década de los 50 y la mantuvo durante dos décadas. Lois Lane, el sempiterno amor de Superman, hizo lo propio, en una serie que llegó a ser la tercera más vendida de EE.UU, solo tras Superman y Superboy.
Aquellas series ponían el acento en un humor bastante inocente y una total falta de pretensiones. Un tono que homenajea con complicidad el reciente retorno de Jimmy Olsen a manos de Matt Fraction y Steve Lieber, pero del que se han desentendido Greg Rucka y Mike Perkins en las nuevas aventuras de Lois Lane.
Lois Lane: enemiga del pueblo recopila en un solo volumen las doce entregas de una serie que se ha empeñado en sumergirse en el aquí y el ahora, como solo podía ser en título protagonizado por una periodista. Con un tono muy de serie de plataforma de streaming, seguimos una trama repleta de revelaciones, escándalos internacionales y misterios de diverso pelaje. Lane se muestra como un personaje carismático y arrebatador, que navega lo mejor que sabe por una vida marcada por la dualidad Superman/Clark Kent, secundario de lujo en una serie que busca el lado más humano de un universo superheroico.
Y casi siempre lo consigue: este Lois Lane contiene muchos de esos elementos de thriller veraniego para disfrutar tumbado al lado de una piscina, que se pueden paladear sin necesidad de haber leído cientos de cómics de Superman: una protagonista apreciable, un buen plantel de secundarios, acción, misterio y un puñado de frentes abiertos. Todo ello bien trazado por un guionista especialmente dotado para el género negro y un dibujante de corte realista suficientemente versátil como para integrar lo fantástico con lo cotidiano.
¿Que la innecesaria introducción de componentes sobrenaturales de última hora deslucen un poco el conjunto? Sí. ¿Rucka muestra una cierta dispersión en algunos momentos a la hora de enlazar y solucionar hilos argumentales? Desde luego. Nada de ello impide celebrar la puesta al día de una Lois Lane que, por fin, es mucho más que la novia de Superman.