Los valencianos llevamos a Renau en el ADN. Sobre todo aquellos baby boom hijos de padres que hicieron la guerra en el bando que la perdió. Josep tuvo la suerte de tener un padre y abuelo republicanos que compraron en su tiempo las entregas cotidianas de la revista Estudios. Una revista de cultura y pensamiento tan moderna y audaz en sus diseños y contenidos que aun no ha sido superada y que la guerra hizo desparecer. Cuando Josep descubrió la colección completa de su padre, perfectamente conservada y a salvo de los registros policiales del fascismo vencedor, se quedó extasiado. Había un ejemplar de 1935 con una portada de dibujos de mujeres desnudas, pintadas por Renau, que le servían al joven Josep para excitarse en los sesenta, cuando no había un cuerpo desnudo que llevarse a la boca. Pero esas portadas extraordinarias del gran Renau se publicaron cuando el sueño de libertad de la República.
El Renau que los comisarios, Joan Ramón Escrivá y Josep Salvador, con muy buen tino, exponen de manera espectacular estos días en el IVAM, es el que se fue a México al perder la guerra y el que tras volver, no le gustó lo que veía en Valencia y se largó para siempre a Alemania. El exiliado volvió unas cuantas veces con la democracia pero tampoco le gustó lo que vio y fue, sin duda, uno de los ilustres valencianos que se espolsó las espardenyes, como se dice que hizo su antónimo, el santo Vicente Ferrer. Que les den, debió decir y se fue a la RDA para seguir trabajando sin descanso y realizar una obra, muy influenciada por su amigo Siqueiros, un amigo de la guerra, y lo que vio en México. Ambos eran comunistas y muy estalinistas en lo suyo. De hecho Siqueiros colaboró en la conjura asesina contra el gran internacionalista León Trotsky, como cuenta Padura en su gran novela sobre el asunto. Y el Renau que disfrutará el espectador este verano en el IVAM le va a dejar con la boca abierta. No solo por la espectacularidad del diseño de la muestra. Como el gigantesco mural “Retrato de la burguesía”, en tres dimensiones y que es como una alucinación artística que exige su tiempo para ir descubriendo detalles. Son espectaculares murales que inundan de imaginación las salas. La de Renau, el gran cascarrabias comunista, que fue profesor de Bellas Artes en la Universidad republicana. Y esta muestra tiene el bonito detalle de incluir obra de la no menos exquisita pintora Manuela Ballester, su esposa. El visitante a la muestra podrá comprobar con qué elegancia transformó su estilo el valenciano cuando se exilió a Alemania. Y eso se ve en un cuadro como “El hombre, la naturaleza y la cultura”.
La influencia mejicana es abrumadora en su obra alemana. Un abuelo creando vanguardia en los años setenta y ochenta. Un anticipador y visionario que todo el mundo debe conocer y apreciar. La serie del exilio mexicano, “The American way of life”, una colección de potentes carteles anticapitalistas,en pequeño formato, expuestos juntos por vez primera, son una lección de arte para cualquier cartelista o publicista moderno. Josep ha ido a ver la exposición y ahora comprende las razones de su padre republicano, que estuvo en todos los frentes, para empapelar las paredes de su casa de collages y fotomontajes, de recortes de revistas y periódicos. Era una forma de evocar al gran Josep Renau, icono de la II República. El hombre espíritu republicano y subversivo del gran artista Renau sigue vivo entre nosotros.