CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA: Cómo se agradece asistir a conciertos en los que la caligrafía de los músicos va cambiando de tipografía sonora prácticamente a cada canción, incluso saltándose renglones para dar muestra de que son garantía de polivalencia. Así es muy difícil aburrise, siempre que las canciones se mantengan a flote. Por mucho que los habituales rigores de una fría noche entre semana deparen la foto fija (casi siempre inalterable) del concierto celebrado casi en familia. Eso ocurrió con los catalanes Mazoni y los alcoyanos Arthur Caravan, dos bandas que apenas tienen en común el empleo del catalán, aunque en el caso de los primeros no sea desde el monolingüismo (su último repertorio también le da al inglés).
El proyecto del ampurdanés Jaume Pla, desde que se alejó de los concurridos modismos del folk rock, se las ha apañado para lidiar con el synth pop de batalla, el indie rock de la vieja escuela o el post punk bailable, sin que todos esos lenguajes -reflejados sobre todo en sus dos últimos discos- dictaminen una esquizofrenia preocupante. Ni mucho menos. Su concierto, solo interrumpido por unos breves problemas técnicos, apenas deparó un segundo de aburrimiento.Y tres cuartos de lo mismo cabe decir de Arthur Caravan, quienes presentaban de forma oficiosa las canciones del espléndido Major Propósit (2016), uno de los mejores trabajos del ejercicio en la Comunidad Valenciana. Empezaron un poco fríos, con Endika Martín (Senior i el Cor Brutal) reemplazando al bajo (por necesidades del guion) a Pau Aracil, pero a poco que se entonaron su concierto ganó muchísimos enteros, solventando su escasa media hora con la entrega acostumbrada, entre arranques de psicodelia nada obvia. En síntesis, un estupendo doblete.
Publicado en Turia 2,7