DOLORS LÓPEZ: Javier está preocupado. Se quita las gafas y aparta el examen de uno de sus mejores alumnos. Mira por la ventana.
“Algo le pasa a este chico”. No parece el mismo chaval que conoció en septiembre. Respuestas desganadas. Apenas alguna frase para comentar un texto literario. Hace unos meses hubiera escrito varios folios .Le apasiona la literatura.
El lunes se lo cruzó por el pasillo y caminó a su lado hasta la salida.
-¿Qué tal va, Quique?
-Voy.
-¿Vas? ¿Qué quieres decir con eso?
-Nada. No sé. No tengo ganas de hablar.
-¿Cuándo, ahora?
-No. No sé.
-Quique, si quieres, hablamos.
-No, es igual. Vale.
Ese maldito folio casi vacío le atormenta toda la noche.
Temprano, acude al aula de 1º B. Quique
no ha venido hoy. Pregunta a su tutora y al orientador. Nadie sabe nada. Consigue que la tutora llame a casa del chico.
Su madre está con él. La encuentran angustiada. Quique no ha querido levantarse esa mañana.
Relata frases preocupantes de su hijo: “no sirvo para nada “, “solo soy una carga”, “más valdría que desapareciera”. No sale con sus amigos y ha dejado la natación.
En su casa solo entra un sueldo, y la madre atribuye el desánimo del joven a la situación económica, aunque cree que también influye la ruptura reciente con la chica que salía desde la ESO.
El entorno de la madre le ha transmitido mensajes de tranquilidad. “No te preocupes, poco a poco se le pasará, “Son cosas de la edad”. “El que lo dice, no lo hace…” Pero ella no está tranquila. Ni lo está su tutora. Ni Javier.Los profesores cuentan la situación al orientador, y se pone en marcha un proceso de intervención educativa y de salud. Actúan rápido.
Quique es atendido. Quique es ayudado. Quique sigue con nosotros.
Creer que “quien lo dice, no lo hace”, es una excusa para mirar hacia otro lado. Es desentenderse. Es uno de los MITOS que giran en torno al suicidio.
Escuchar los mensajes de alarma nos permite ayudar a las personas que están sufriendo. Nos permite prevenir un suicidio.
El suicidio se puede prevenir.
Todas las personas somos capaces de percibir los cambios significativos de conducta y hábitos que se producen en los que nos rodean. Basta con no ignorar lo que estamos notando.
Y ¿Qué hacer?
Preguntar. Escuchar. Estar al lado de los “Quique”. Formar cadena en torno a ellos, avisar a su familia. Animarles a que acudan a buscar ayuda profesional, o avisar para que esta ayuda les sea prestada.
… Y Javier sonreirá cuando tenga que decir a Quique por tercera vez, que deje de escribir, que entregue ya el examen. Mientras , el profe de Inglés esperará en la puerta del aula de 1º B