Cartelera Turia

¿QUÉ PASA CON EL ESCALANTE?

A una semana de conocer la programación del mítico teatro valenciano, todo apunta que el Espai Moma puede ser la nueva sede que acoja este proyecto cultural.

                   “El proyecto Escalante es nuestra prioridad y está más vivo que nunca. El contenedor es lo que no está todavía claro”.  Así lo manifestaba ayer Pepe Ruiz, diputado de Patrimonio, que reunió a la prensa en un encuentro informal para aclarar la situación del Teatro Escalante, tras cumplirse un año de su cierre. Junto con Rosa Pérez, responsable de Teatros de la Diputación, trataron de aclarar a los medios, de manera muy detallada y ordenada cronológicamente, el proceso y los motivos que han llevado al cierre del mítico teatro situado en la calle Landerer de Valencia. Según aseguraba Rosa Pérez, apenas unos meses después de tomar cargos en la Diputación de Valencia, allá por el 2015, y con toda la programación del Escalante lista para ser lanzada al público, las estancias del teatro cerraron sus puertas a causa de unos graves desperfectos en su estructura. En septiembre, los técnicos especializados acudieron a la sala y comprobaron el deficiente estado en el que se encontraban las instalaciones (corrosión de la estructura, carbohidratión del hormigón, entre otras), y por lo tanto, su apertura era prácticamente imposible. Así lo decidieron los responsables de Diputación, que vieron un peligro para el público –que suele ser mayoritariamente infantil- abrir las puertas del Escalante en semejante estado. Su rehabilitación y renovación se antoja imposible, pues los gastos totales ascienden a más de seis millones de euros que los responsables del área no están dispuestos a asumir por un espacio privado, que no es propiedad de la Diputación y cuyo desembolso saldría del bolsillo de todos los valencianos. El espacio Escalante pertenece a al Patronato de la Juventud Obrera, con quienes han intentado negociar su renovación por diferentes vías, según aseguraba Ruiz en rueda de prensa.

              “Hemos intentado mantener al menos la escuela del Escalante, situada en el edifico anexo al teatro y que se encuentra en perfecto estado, pero nos dijeron que el teatro y la escuela son un pack”. Parece difícil llegar a un acuerdo con los propietarios de la sala, por lo que la Diputación está buscando soluciones por otras vías. Ante la negativa de los dueños de alquilar el edificio de la escuela, la Diputación ha decidido rescindir el contrato, que se mantendrá hasta el 31 de diciembre de este año -actualmente pagan 5.000 euros al mes por el alquiler de espacio-. La temporada pasada, la programación del Escalante se mantuvo y se distribuyó por otros espacios teatrales de la ciudad. Eso mismo se pretende evitar para este nuevo periodo, y todo apunta al Espai Moma para la reubicación del Escalante, en un nuevo intento para que no se pierda este proyecto escénico que arrancó en 1985.  Según confirmaba Pérez, existen tres motivos de peso para tomar la decisión de reabrir el Moma e instalar ahí el nuevo proyecto Escalante. Reúne las condiciones técnicas necesarias, cuenta con una licencia de actividad (cosa que no ocurría con el antiguo espacio ahora en ruinas) y es un espacio céntrico en la ciudad y con una buena ubicación. “Hay voluntad política” confirmaba la diputada de Teatros, pero además impera el deseo de que el Proyecto Escalante tenga un espacio fijo donde poder llevar a cabo la programación al completo y que deje de ser “itinerante”.

 

Para comenzar la temporada, el próximo día 11 de octubre, arrancan con el estreno de Arturo y Clementina, de Tirititrán Teatro, y del 18 al 22 de octubre con la obra de Moby Dick, de Teatro Gorakada; ambas producciones infantiles avaladas por dos Premios FETEN.

El próximo miércoles día 11 conoceremos de primera mano la programación para esta temporada, y saldremos de dudas acerca del emplazamiento de este proyecto cultural que se resiste a morir.

Laura Pérez

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