ANDREA MOLINER: Recomendaciones para la Fira del Llibre
“No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe.” De esta forma, Ray Bradbury – recordemos, padre de una de las distopías más escalofriantes y visionarias de los últimos tiempos- decidió reflexionar sobre la importancia de los libros y la lectura durante la infancia en un prefacio de la edición de Farenheit 451 de 1993. Al hallar este conjunto de palabras formando esta tan certera como preocupante frase, no pude evitar recordar algunas declaraciones sonrojantes pronunciadas por parte de una parte muy concreta de nuestra clase política. La que defiende una cultura blanca, despolitizada y que prefiere financiar aquella que, por arcaica y casposa, hace años que ha dejado de ser considerada como tal. Todas y todos sabemos quiénes son y la posición de poder que, por desgracia para nuestra tierra, han acabado ocupando. De hecho, pronto hará un año que el mundo de la cultura de la Comunitat Valenciana se despertó con tristeza, perplejidad e incertidumbre. Y en esas seguimos, suspendidos, en el aire, sin una colchoneta que pueda proporcionarnos la seguridad que necesitamos. Lanzados al abismo. Por eso, en un pequeño acto de justicia literaria, me dispongo a proveeros de algunas lecturas con la intención de que trasciendan más allá del Sant Jordi, de las rosas y de cualquier campaña de marketing de la que en ocasiones es difícil escapar. Todo para que hagáis frente a la que se nos viene encima con la palabra y su repercusión como principales armas.
No puedo empezar este recorrido sin hacer mención a Maggie O´Farrell y a Ottessa Moshfegh. Y es que ambas son noticia no porque hayan publicado nuevo material este año, sino por la llegada de textos hasta ahora inéditos en España: La distancia que nos separa y McGlue respectivamente. Es también de celebrar la traducción de George. Mi amistad con una urraca de Frieda Hughes, hija de Sylvia Plath y Ted Hughes, en la que la autora expresa sus deseos de pertenencia y amor por la naturaleza. Otra autora famosa en esto de diseccionar las raíces físicas y afectivas es Mary Sarton, cuyo Diario a los setenta hará las delicias de quienes busquen un tranquilo refugio entre tanto ruido. No hay que perder de vista, igualmente, los nuevos trabajos de Amélie Nothomb (Los aerostatos), Chris Offutt (La ley de los cerros), Paul Auster (Baumgartner), Gueorgui Gospodínov (Acerca del robo de historias y otros relatos) o Michael McDowell con su saga Blackwater. Todo un fenómeno intergeneracional.
Sin embargo, el auténtico bombazo se ha dado en lo que a las letras nacionales se refiere con un tsunami de autoras y autores cuyas novelas están protagonizando la conversación más acuciante. Desde las nuevas novelas de Sara Torres (La seducción), Sara Barquinero (Los escorpiones), Julia Viejo (Mala estrella) o Esther García Llovet (Los guapos) al retorno de nombres como Esther Busquets (Ensayo general), Sergi Pamiés (A las dos serán las tres) Jesús Carrasco (Elogio de las manos), Eva Baltasar (Ocaso y fascinación) o Miqui Otero (Orquesta) entre otros muchos. Mención especial merece David Uclés quién nos presenta La península de las casas vacías, novela que está llamada a ser una de las novelas sobre la Guerra Civil más originales de los últimos años, Paula Ducay con La ternura, una novela sobre la atracción y el vínculo entre sus dos protagonistas durante un verano en Italia y Pol Guasch con Oferta les mans, el paradís crema, una historia de amistad en medio de un contexto de colapso medioambiental. Por supuesto, ni que decir tiene que no debemos descuidar al torrente de autoras latinoamericanas como Mariana Enríquez (Un lugar soleado para gente sombría), Mónica Ojeda (Chamanes eléctricos), María Fernanda Ampuero (Visceral) o Ariana Harwicz (Perder el juicio) que han invadido las librerías y nuestros corazones para siempre.
En poesía, obviamente dos nombres resuenan con fuerza: Ana María Moix y Anne Sexton. Sus versos han sido por fin editados en sendos y preciosos volúmenes antológicos. Al igual que los de María Sánchez en su Fuego la sed, todo un manifiesto ecologista a través de la lírica más comprometida. Por su parte, en lo que a la No Ficción se refiere, Leila Guerriero resuena con muchísima fuerza gracias a su monumental La Llamada, al igual que Áurea Ortiz (El arte de inventar la realidad), Anna Pacheco (Estuve aquí y me acordé de vosotros), Josep María Esquirol (La escuela del alma), María Negroni (La idea natural) o Oliver Remaud (Cuando las montañas bailan) por citar algunos de los más destacados.
Finalmente cabe señalar que estamos ante el año en el que se conmemoran el centenario de la muerte de Franz Kafka – con todas las reediciones de sus novelas, ensayos y relatos más importantes, así como la publicación en España de textos no tan conocidos como sus Aforismos o Un artista del hambre– y el décimo aniversario de la muerte de la ya citada Ana María Moix, de quien se ha recuperado Julia, su primera novela. Dicho esto, aquí tenéis una buena pila de lecturas para engullir, regalar, abrazar y disfrutar solos, en pareja, con amigos, en la playa, en la montaña, en durante las horas muertas del curro, subidos al tren, al bus, al coche si lo preferís (como copiloto, por favor, no queremos que nadie se estrelle por culpa de una adictiva trama). Todo sea para que, como diría la escritora y crítica literaria Elizabeth Hardwick: “El mayor don es la pasión por la lectura”.