William Nicholson es un veterano cineasta inglés, nace en 1948, que tiene una dilatada experiencia como guionista (es parte del equipo de guionistas en títulos como Gladiator y Los miserables, y llegó a estar nominado al Oscar por Tierras de penumbra, basada en una obra teatral propia) y una corta carrera como realizador, mayoritariamente para la televisión, de la que ya conocíamos la discreta A la luz del fuego (1997), un relato de pasiones y sentimientos ambientado en el siglo XIX, que mostraba una saludable contención a la hora de narrar los avatares de la historia y los personajes.
En esta ocasión la acción se sitúa en la segunda mitad del siglo XX y aborda una historia con poco glamour, la separación de una pareja de edad más que madura, tras casi treinta años de matrimonio y con un hijo que ya vive solo y se ve obligado a transitar entre los dos fuegos que han encendido sus progenitores. La contención y sensibilidad con que el cineasta aborda argumento y personajes vuelve a ser lo mejor de esta película que encuentra su principal limitación en lo reiterativo de sus situaciones, fundamentalmente conversaciones a dos entre el trío protagonista y la mayoría de las veces con una taza de té de por medio.
Sin llegar a la complejidad de otro reciente film sobre un proceso de separación, Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019), y con alguna que otra sobreescritura por el camino, la película nos propone una estimable indagación en el interior de una pareja enfrentada a una situación de crisis que nadie podría esperar a la vista de su edad y cuenta para ello con un estupendo trabajo del trío protagonista, comenzando por Annette Bening, que borda un personaje lleno de aristas y contradicciones; pero continuando también por un actor como Bill Nighy, que ata en corto su reconocida vena teatral en beneficio de la austeridad que exige su personaje, un hombre que ambiciona una vida gris; y concluyendo por el joven Josh O’Connor, que está francamente convincente en su atribulado personaje. En definitiva, una estimable muestra de ese cine en el que la acción sucede en el interior de los personajes.