Cartelera Turia

CRÍTICA CONCIERTO SIMPLY RED – Marina Sur de València. Profesionalidad británica con alma

CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA: La clase persiste, por muchos años que pasen. Y Simply Red no la han perdido. Es posible que, como en cierto modo le ocurre a Sting, un par de décadas de trabajos más que prescindibles hayan echado paladas de tierra sobre un inicio de carrera más que notable, aquellos cuatro primeros álbumes, sumiéndolos en un injusto olvido. Pero todo lo que hicieron entre 1985 y 1991 merece revisión: un blue eyed soul (su último disco y esta gira se llaman directamente así) elegante y comercialmente próspero, con gotas de funk y pródigo en hits incontestables, que aún recaba el interés de un puñado de nostálgicos bien entrados en años. Cerca de 3.000 se reunieron en la Marina Sur, con amplio contingente foráneo (sobre todo, turistas británicos), muy en sintonía con la irreprochable solvencia inglesa de la banda que acompañaba a un Mick Hucknall que, un día antes de cumplir 62 años, mantiene en buen estado de forma su voz con alma, aunque en algunas notas altas tuviera que recurrir (qué remedio) al consabido ardid de acercar el micro al público para que este le acompañase en el esfuerzo. Más que digno su despliegue, en cualquier caso.

Un concierto conciso, poco más de una hora, pero generoso en puntos álgidos de su repertorio: el espléndido baladón “Holding Back The Years”, la tórrida “It’s Only Love” (con dedicatoria a Barry White), la revitalizante “Something Got Me Started”, la soberbia “Money’s Too Tight To Mention” o aquella revisión del sonido Philadelphia que fue su versión del “If You Don’t Know Me By Now” de Harold Melvin and The Blue Notes. Hasta capítulos menores, como la acarameladísima “Stars”, “Fairground” (con ese sonido a batucada tan en sintonía con los Prefab Sprout de “Carnival 2000” o los Pet Shop Boys de “Se a vida é”) o “Sunrise” (con su guiño al “Say No Go” de De La Soul y ese mullido colchón rítmico tan similar al de los Everything But The Girl de Walking Wounded) sonaron de forma muy agradecida, recordándonos el crecimiento sostenible de una banda que medró con muchísima solvencia tras aquella época frecuentada por finos estilistas británicos seducidos por el soul y el funk más tersos (The Style Council, Sade, Fine Young Cannibals, Swing Out Sister, Love and Money), batallón del que Simply Red siempre sacaron cabeza por méritos propios.

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